martes, 31 de mayo de 2011

AULAS HOSPITALARIAS

0 comentarios
“Infancia y Enfermedad”, el papel de las aulas hospitalarias, ese fue el tema que nos acompaño durante esta sección siendo el turno de los compañeros Mª Ángeles, Rafa, Mª Dolores y Esperanza. Antes de continuar y profundizar en esta entrada debo de reconocer que es una temática que despierta en mi gran interés y sobre la que se podría debatir mucho especialmente en torno a la figura del trabajador y del educador social en el ámbito sanitario, por lo que me alegro de tener esta pequeña oportunidad de tratar temas de mi agrado y poder plasmar mi visión al respecto. No obstante aviso de navegante de que quizás por experiencias cercanas o vivencias personales no pueda ser todo lo objetiva e imparcial que me gustaría. Sin más comencemos pues con el comentario de este tema.

En primer lugar y antes que nada me gustaría empezar definiendo una serie de conceptos básicos que nos permitan aclararnos cuando hablamos de la complejidad del mundo hospitalario con niños ingresados con diversas dolencias y la importancia del término desconocido para muchos de “aulas hospitalarias”. Así pues vamos a definir:

- Infancia: “Todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad” (Convención Derechos del Niño).

- Salud: “Un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no consiste solo en la ausencia de enfermedades. La posesión del mejor estado de salud que se es capaz de conseguir, constituye uno de los derechos fundamentales del ser humano, cualquiera que sea su raza, religión, ideología política y condición política y social. La salud de todos los pueblos es una condición fundamental de la paz mundial y de la seguridad; depende de la colaboración más estrecha posible entre los Estados y los individuos” (Organización Mundial de la Salud).

- Enfermedad: "Alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible” (Organización Mundial de la Salud).

- Aulas Hospitalarias: “Reciben el nombre de Aulas Hospitalarias las unidades escolares surgidas dentro del hospital, cuyo objetivo principal es la atención escolar de los niños hospitalizados” (Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa).

Con el uso de términos como el de infancia nos estamos refiriendo a un periodo o etapa evolutiva crucial en la vida de una persona la cual debe tener cubiertas todas sus necesidades siendo éstas tanto de tipo fisiológico, cognitivas, emocionales y de participación social y autonomía progresiva (López, 2008), así como gozar de un buen estado de salud en el que se promocione su bienestar físico, psíquico y social. Como hemos podido comprobar la salud es algo más que la ausencia de enfermedad, engloba los diferentes aspectos o ámbitos de la vida de una persona siendo por tanto de carácter multifactorial. Y es que son múltiples los factores determinantes de la salud, siguiendo por ejemplo el Modelo Lalonde (1974), basándose en el esquema de Lanframboise, ejercería una influencia directa en este estado el medio ambiente, el estilo de vida, la biología humana y el sistema de asistencia sanitaria. Por lo tanto debido a esta pluralidad de factores es necesaria y precisa la presencia de diferentes profesionales con una intervención interdisciplinar abarcando desde cada disciplina los distintos ámbitos referidos. Entre estos perfiles profesionales se encuadraría a médicos, maestros, psicólogos, trabajadores sociales y aunque no está reconocido oficialmente consideramos también importante y significativa la labor del educador social. No obstante, en esta cuestión incidiremos más adelante tratando de argumentar y justificar su presencia, además de delimitar sus funciones.

Así pues, aunque a lo largo de la historia ha existido un gran debate entorno lo que engloba o depara la infancia con variaciones aportadas según cada disciplina y con diferencias culturales, lo que está claro y no cabe duda es que los niños deben disfrutar de un lugar optimo para su desarrollo en el que se satisfagan sus necesidades y se le ofrezca la oportunidad de gozar de un buen estado de salud. Los niños deben crecer, aprender, jugar, divertirse, relacionarse, en definitiva desarrollarse, tener un buen nivel de calidad y bienestar de vida. Por eso los niños que se encuentran hospitalizados deben poder cubrir el resto de sus necesidades, pues la atención sanitaria que es necesaria no debe ser excluyente de otras como la atención educativa y social. Al igual que el resto de niños deben tener cubiertas el mayor número posible de necesidades, al encontrase en el contexto sanitario durante un periodo de tiempo prolongado padecen alguna patología pero no por ello deben desatender el resto de sus necesidades. Al fin y al cabo son niños que necesitan seguir creciendo, ser estimulados, tener contacto con otros iguales, y en definitiva poder llevar un desarrollo lo más normalizado posible dentro de las posibilidades que ofrecen el sistema sanitario. Por ello a la hora de referirnos al concepto de salud debemos hacer referencia mejor a la definición ofrecida por Salleras, L. (1986) quien propone un término más dinámico, la salud como “el logro del más alto nivel de bienestar físico, mental, social y de capacidad de funcionamiento que permitan los factores sociales en los que viven inmersos el individuo y la colectividad”.

Por lo tanto precisamente siguiendo la línea de búsqueda de la salud propuesta por Salleras debemos optar a alcanzar el mejor estado de bienestar posible teniendo en cuenta todos los determinantes que intervienen en dicho estado. Es bajo esta perspectiva donde entra y cobra sentido las aulas hospitalarias, tiene lugar la unión de dos factores como son la salud física y la educación del sujeto, a través de las cuales también se pone en práctica las relaciones y el afecto, por lo tanto el ámbito social. En estas aulas se atienden a niños que durante un período de tiempo, más o menos prolongado, deben estar ingresados por cualquier dolencia, intentado de esta forma poder continuar con el proceso educativo dentro de las circunstancias especiales que lo acontecen y que no se produzca una total desvinculación con toda la actividad que el niño llevaba antes de entrar en el hospital. La enfermedad de por sí y la estancia en el contexto hospitalario en el que se encuentra recluido y alejado de su ambiente familiar, escolar y social puede suponer para el menor todo un shock por lo que se debe intentar minimizar lo más posible todos estos efectos amortiguando el cambio para que no sea tan brusco, haciendo como de “colchón”, e intentado que el tiempo que tiene que estar ingresado sea lo más llevadero y gratificante posible.

¿Cuándo y Por qué surgen las aulas hospitalarias?. Pues bien, algo que parece a la visión de hoy algo tan elemental sinceramente es de reciente creación. Así pues, las aulas hospitalarias surgieron de la necesidad que tenía la sociedad de resolver los problemas de escolaridad de los niños y niñas que durante un largo periodo de tiempo dejaban de asistir al colegio de forma regular al encontrarse ingresados en el hospital. Surge por tanto para cubrir las necesidades educativas y poder continuar con la adquisición de conocimientos y con el desarrollo de su aprendizaje. De manera particular en los años cincuenta del siglo XX en algunos hospitales de San Juan de Dios, comienzan a desarrollarse estas actividades, las cuales se van extendiendo por toda la península pero no es hasta 1982 cuando de manera formal se crea la primera normativa en la que sustenta la actuación educativa que se debía llevar a cabo en los centros hospitalarios. Desde este momento son diversas las normativas surgidas al respecto para la regulación de dicha práctica.

Por lo tanto en cuanto al marco legislativo en el que se recoge y se regula la labor de las aulas hospitalarias, a nivel general debemos citar:

- Los Derechos Humanos donde se alude a la protección y el desarrollo del menor.

- El artículo 5 de la Declaración de los Derechos del Niño (1959) donde se establece “Los niños con alguna enfermedad o discapacidad física o mental, deben recibir el tratamiento, educación y cuidados especializados. Pueden aprender muchas cosas si se les dedica atención y cuidados adecuados”.

- La Convención sobre los Derechos del Niño (1989):

  • artículo 14, “A recibir asistencia y cuidados especiales en caso de discapacidad, debiéndose garantizar a su favor el efectivo acceso a todos los servicios y el goce de todos sus derechos, con el objeto de que el niño logre su integración social y el desarrollo individual en la máxima medida posible”.
  • Artículo 15, “El derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud y de los servicios para el tratamiento de enfermedades y la rehabilitación”.

(http://www.cndh.org.mx/estatales/tabasco/derninos.htm)

A nivel autonómico podemos aludir al Plan Integral de Atención a la Infancia de Andalucía, aprobado por el Decreto 362/2003, de 22 de diciembre de 2003, donde se concretan un conjunto de actuaciones a desarrollar por las distintas administraciones públicas andaluzas teniendo como fin común el efectivo ejercicio de los derechos de los menores, especialmente de los que por sus circunstancias personales y sociales presentan mayores necesidades.

(http://www.juntadeandalucia.es/igualdadybienestarsocial/export/Infancia_Familia/HTML/prevencion/plan.html)

Y de manera más concreta aún, para la atención de los niños y niñas hospitalizados, las Consejerías de Educación y de Salud mantienen vigente desde 1988 un convenio de cooperación para la creación de Aulas Hospitalarias en los centros sanitarios de la Comunidad Autónoma de Andalucía, atendidas por docentes especializados. Así, la Ley 9/1999, de 18 de noviembre, de solidaridad en la Educación, y el Decreto 167/2003, de 17 de junio, por el que se establece la ordenación de la atención educativa a los alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales asociadas a condiciones sociales desfavorecidas, han dado consistencia a estas actuaciones a favor de los escolares ingresados en los centros sanitarios de la red de Hospitales del Servicio Andaluz de Salud. Precisamente dentro de esta red y en Sevilla se encuentra el Hospital Virgen del Rocío, con el que los compañeros tuvieron el gusto de contactar y llevar a cabo su parte práctica.

(http://www.juntadeandalucia.es/educacion/nav/contenido.jsp?pag=/Contenidos/PSE/orientacionyatenciondiversidad/educcompesatoria/aahh/indexaahh)

Hemos podido observar la importancia de las aulas hospitalarias pero estas se encuentran inmersas en la dinámica de la llamada Pedagogía Hospitalaria, y ustedes se preguntaran ¿qué es eso de Pedagogía Hospitalaría?. Se trata de una parte de la educación cuyo objeto de estudio es la investigación y dedicación al menor hospitalizado, para que continúe con su aprendizaje cultural y formativo, y para que sea capaz de hacer frente a su enfermedad, haciendo hincapié en el cuidado personal y en la prevención. Surge para intentar dar respuestas a las necesidades pedagógicas y psicológicas que el menor encuentra en el contexto hospitalario. La necesidad de adaptarse a ese nuevo ámbito que es el hospital a la vez que debe continuar con el aprendizaje de materias y contenidos escolares. Además se le debe proporcionar el acceso a toda la información y recursos existentes que se encuentren a su alcance y de los que se pueda beneficiar dadas sus circunstancias tanto el sujeto como su familia mejorando el bienestar de todos, y albergando los problemas psicosociales que pueda plantear y conllevar su situación. Una necesidad psicopedagógica y socioeducativa que el personal sanitario (médicos, enfermeros o auxiliares) no pueden atender. Por ello aquí encuentran su hueco o espacio maestros, psicólogos y trabajadores sociales.

Todos estos profesionales desempeñan una labor importante puesto que el niño hospitalizado atraviesa por diferentes etapas desde que es ingresado necesitando de la ayuda y apoyo de diversos agentes en cada momento. Así pues, podemos identificar tres fases:

- Fase de admisión: desde el diagnóstico previo, el niño suele sentir inquietud, miedos, inseguridad y ansiedad, dada la nueva situación a la que se enfrenta y las circunstancias que está viviendo recluido en un hospital, separado de sus amigos, familiares, de su colegio, su casa, su barrio o el parque donde suele ir a jugar. Este contexto genera multitud de dudas, necesidades y miedos que también son compartidos por los padres.

- Fase de estancia: la separación de todo su entorno y la prolongación de la estancia es uno de los factores que más influye en el decaimiento del ánimo del paciente. Este hecho no es favorable para su positiva y rápida recuperación por lo que se debe intervenir en todos los aspectos de su bienestar no solo el fisiológico. De esta manera se intentará normalizar la situación estableciendo un ambiente similar al medio familiar, desarrollando dentro de lo posible actividades lúdicas y socioeducativas. Todo ello favorece al estado anímico del niño y de los familiares, a su actitud y a su adaptación al hospital. Se pone así de relieve la importancia de un equipo interdisciplinar en la que se diseñe y desarrolle un programa con el menor y otro con las familias.

- Fase de alta: una vez restablecida la situación inicial o patología que condujo y provocó la hospitalización del menor se debe analizar todas las variables y la situación personal del paciente garantizando su reinserción en la dinámica familiar, social y educativa.

Ahora bien, ¿qué ocurre con las necesidades sociales del menor hospitalizado?. No podemos olvidar que siguen siendo niños a los que se les debe amenizar su estancia teniendo que jugar, relacionarse y divertirse, siendo por tanto también necesario el establecimiento de redes sociales y el desarrollo de actividades lúdicas. En esta área se encuentran pues las conocidas “ciberaulas”, espacios donde los niños y niñas hospitalizados pueden acudir durante unas horas al día, seguir su programa de estudios, relacionarse con otros niños y con otros adultos encargados de la zona, además de jugar y realizar diferentes actividades. Además cuentan con ordenadores para poder seguir teniendo contacto con el mundo a través de las nuevas tecnologías de la comunicación. Concretamente los compañeros trataron Las Ciberaulas Hospitalarias de la Obra Social “La Caixa”, que pretende ser un espacio abierto donde los menores hospitalizados se relacionen entre sí y con sus familias, un entorno de ocio y comunicación, un lugar desde donde mantener contacto con el exterior y les permita romper con el aislamiento que conlleva la estancia en un hospital. Estas ciberaulas de La Caixa disfrutan de cuatro espacios diferenciados organizados por voluntarios:

  • Espacio de familia: donde las familias pueden disfrutar de un tiempo de descanso, compartir experiencias con otros padres y madres, entablar nuevas relaciones, y participar en las actividades que propone el ciberaula (tertulia, lectura, informática, debates, etc).

  • Espacio infantil: es una zona equipada con mobiliario y recursos para los más pequeños, con el objetivo de hacerles más agradable su estancia en el hospital. Tienen a su alcance materiales pedagógicos, programas educativos y actividades organizadas.

  • Espacio de informática: con el uso de estas tecnologías se ofrecen múltiples posibilidades desarrollando actividades, buscando información o manteniendo la relación con otros familiares, amigos o conocidos.

  • Espacio de lectura y audiovisuales: en este espacio se encuentran los recursos al alcance de todos compuestos por libros, periódicos, revistas, cuentos, videos, equipo de música y audiovisuales.

http://obrasocial.lacaixa.es/StaticFiles/StaticFiles/397b1e7c21fc1210VgnVCM200000128cf10aRCRD/es/ciberaulas_hospitalarias.pdf

Ahora bien, hasta el momento hemos hablado de la atención a diferentes necesidades y la presencia de diversos perfiles profesionales, pero ¿y el educador social?. Se trata de una figura emergente que poco a poco parece estar abriéndose camino en el ámbito sanitario aunque en la actualidad no está reconocido siendo la mayoría de sus funciones absorbidas por los docentes y el personal voluntario. Sin embargo consideramos que es muy importante la incorporación de este perfil al contexto hospitalario ya que se debe ofrecer una atención integral, en la que se mejore la salud del paciente o usuario en todos sus aspectos partiendo de su definición como bienestar físico, psíquico y social. Además deben ser atendidos todos sus derechos y para ello es necesario que se le ofrezca una atención de calidad adaptada a sus necesidades y por parte de profesionales con formación específica que sepan atender estas demandas. Personalmente considero que al igual que a un profesor no se le ocurría poner una inyección no debería tampoco adoptar funciones que se encuentran fuera de su alcance y traspasen lo que es la enseñanza formal. Si continuamos con la metodología desarrollada hasta ahora y excluimos la figura del educador social del ámbito sanitario creo que le estaríamos haciendo a los pacientes un flaco favor, pues no se les estaría ofertando el mejor servicio y aunque se tomarían en cuenta el resto de necesidades del individuo y no solo las que hacen referencia al organismo, se les estaría concediendo un nivel secundario al no otorgarles la misma importancia, no invirtiendo en ellas, ni creyendo en sus posibilidades y en la necesidad de ser desempeñadas por el educador social.

No obstante parece ser que en Barcelona nos han tomado la delantera y son pioneros en la incorporación del educador social en el ámbito hospitalario, reconociendo como profesionales de atención directa a:

  • Médicos.
  • Enfermeros.
  • Auxiliares de enfermería.
  • Fisioterapeuta.
  • Logopeda.
  • Psicólogo.
  • Trabajador social.
  • Educador social.
  • Terapeuta ocupacional.

Así pues se trabaja de manera interdisciplinar, el equipo asistencial formado por el médico y el personal de enfermería desarrolla su trabajo sobre todo el personal ingresado en el centro, mientras que el resto de profesionales de terapias especiales se requerirá su participación en situaciones concretas y en el caso de que el paciente lo necesite. Concretamente considero que el perfil profesional del educador social deberá ocupar las siguientes funciones, extraídas de las ofrecidas por los compañeros y las propuestas por Anna M. Marquès. Educadora Social:

- Actividades para permitir la adaptación e integración del menor.

- Potenciar actividades para su reeducación, si fuera necesario.

- Mostrar actividades y hábitos saludables para su posterior mantenimiento en su vida diaria.

- Desarrollar intervenciones personalizadas y estudios individualizados de cada menor.

- Fomentar y utilizar herramientas de comunicación.

- Fomentar actividades recreativas, lúdicas y sociales.

- Favorecer el contacto con el entono más cercano.

- Mostrar apoyo a las familias.

- Seguimiento de los casos.

- Informar y reeducar a los familiares, enseñándoles estrategias estimuladoras a seguir en su domicilio.

- Coordinar el aula hospitalaria, las ciberaulas y el centro escolar de origen.

- Mediación entre el hospital, la familia y la escuela.

- Posibilitar la reintegración de la persona en su entorno sociofamiliar y en su centro escolar de origen.

- Colaborar y trabajar conjuntamente con el resto de profesionales para conseguir los objetivos establecidos. Participando en las reuniones interdisciplinares.

- Dar a conocer las experiencias.

En definitiva, la estancia en el hospital es realmente complicada de sobrellevar y especialmente para un niño donde se encuentra en un lugar extraño alejado de sus amigos y de su vida diaria, donde no le dejan hacer nada, no le permiten salir, se lleva largos días y días en una pequeña habitación donde un ir y venir de batas blancas no dejan de hacerles pruebas y más pruebas que le causan dolor. No podemos olvidarnos que se trata de niños, niños pequeños que por diferentes circunstancias deben pasar prolongados periodos o temporadas ingresados en el hospital pero que su proceso evolutivo sigue desarrollándose y debe continuar con sus necesidades educativas y sociales. El sistema sanitario debe satisfacer todas sus necesidades, ofrecer una respuesta a sus derechos y permitir que dentro de las circunstancias especiales que lo rodean pueda seguir creciendo como cualquier niño. Para contribuir a ello es fundamental la labor desempeñada por el educador social aunque, la intervención de este profesional en los centros sociosanitarios sea sin duda la gran desconocida. Así pues queda mucho trabajo por delante, estamos dando los primeros pasos y hasta que sepamos y podamos correr aún queda mucho. Pero si trabajamos por ello seguro que dentro de un tiempo este perfil se reconocerá, tendrá cabida y sus funciones serán asignadas al profesional que le corresponde. Para poder conseguir el reconocimiento del educador social dentro del ámbito de la salud debemos formar en esta materia específica a nuestros profesionales, hacer presión desde el Colegio de Educadores Sociales, concienciar a la sociedad de su necesidad y al resto de compañeros profesionales para que aparquen sus miedos y no dificulten nuestro acceso ya que todos tenemos nuestro ámbito de intervención. Así con esfuerzo, trabajo y tenacidad espero que pronto el educador social goce del lugar que le corresponde en este campo de inserción laboral.

Personalmente, pienso que es fundamental que se tenga en cuenta la atención integral del paciente y se valore la labor del educador social puesto que tanto los niños que pasan largas temporadas hospitalizados como sus familiares más cercanos necesitan de nuestra función.

                                           





Enlaces de interés:

http://www.juntadeandalucia.es/educacion/nav/contenido.jsp?pag=/Contenidos/PSE/orientacionyatenciondiversidad/educcompesatoria/aahh/indexaahh

http://ntic.educacion.es/w3//recursos2/atencion_diversidad/05_06.htm

http://www.unicef.org/spanish/sowc05/childhooddefined.html

http://www.eduso.net/res/?b=11&c=100&n=322

miércoles, 18 de mayo de 2011

DIVERSIDAD EN EL MUNDO GITANO

0 comentarios
Ante una nueva clase de intervención nos dispusimos a conocer y trabajar sobre un nuevo colectivo, siendo en este caso el turno del grupo de las compañeras Tania, Miriam, Jéssica y Yolanda sobre la “Diversidad en el Mundo Gitano”. Con su exposición pretendían llevar a cabo una pequeña campaña de sensibilización sobre el pueblo gitano dirigida a los alumnos allí presentes y aunque personalmente conozco de cerca dicho colectivo, estando bastante concienciada, considero oportuno el desarrollo de este tipo de actividades que desmitifiquen a la etnia gitana. No obstante, debemos añadir que se ha avanzado mucho en los últimos años y por suerte hoy día se encuentran mucho más integrados por lo que esperemos una vez más que pronto tengamos que dejar de hablar de ellos porque ya no supongan un grupo en peligro de exclusión social.

De esta manera me gustaría comenzar precisamente por el objetivo fundamental de esta campaña y la misión de nuestras compañeras cuyo fin último era el derribo de la multitud de estereotipos y prejuicios que mantenemos ante este grupo, especialmente en nosotros como futuros profesionales del ámbito socioeducativo que puede trabajar con ellos. Así pues el lanzamiento de preguntas acerca de continuos estereotipos sobre la supuesta homogeneidad del colectivo gitano, su bajo nivel educativo así como su situación sociolaboral, su relación con el tráfico de drogas, el mundo delictivo, el papel secundario de la mujer dentro de su cultura y la vagancia como su principal cualidad o caracteriza nos invito a la reflexión a cerca de estas ideas preconcebidas. A través de estas cuestiones se dio paso al juego “¿Quién es quién?”, con el que dos voluntarias representaron distintos roles, y se nos pregunto cuál de los dos sujetos pertenecía a la etnia gitana. La figura que respondía perfectamente a nuestros estereotipos por tener un aspecto desaliñado, un vocabulario vulgar, falta de habilidades y pautas de comportamiento así como indicar que no poseía ni estudios ni empleo regulado fue el señalado como miembro de la etnia gitana cuando ambos personajes lo eran. Una vez más pudimos ver cómo nos movemos por el mundo a través del etiquetaje y el encasillamiento de las personas que tenemos enfrente e incluso en numerosas ocasiones lo hacemos de manera inconsciente por lo que debemos precisamente empezar por ahí, por conocer como nos comportamos y cuál es nuestra actitud ante ciertos grupos para poder mejorarla mediante el lema de la asignatura de “desaprender lo aprendido”.

Nada más lejos de la realidad las ideas preconcebidas que mantenemos aún hoy día ante este colectivo se corresponde con su situación actual, dado que en la actualidad ya no se cumplen a ciencia cierta estos estereotipos existiendo una gran diversidad o heterogeneidad en este colectivo al igual que ocurre con los payos. Así pues, las compañeras a través del apartado “Visión desde dentro” trataron de acercarnos aún más la perspectiva personal de diferentes personas de etnia gitana para lo que contaron con el testimonio de dos gitanos integrados en la sociedad ostentado incluso uno de ellos un puesto de abogado, algo que a priori rompe todos nuestros esquemas. Y es que una vez más “poderoso caballero es don dinero” ya que el término “gitano” lo asociamos a un tipo de vida siendo utilizado de manera peyorativa o despectiva para asignar a las personas que viven así, y no para denominar una etnia. Dato curioso que como bien se capto en el video de ambas entrevistas estas personas no son consideradas gitanos por tener otras pautas de vida aunque pertenezcan a la misma etnia. Dado estos hechos mi pregunta es ¿a qué nos referimos pues cuando empleamos el término gitano?, a una etnia con unas costumbres, cultura y tradición propia o a un grupo marginal. En la mayoría de los casos el resto de la población utiliza este término vaciándolo de su verdadero significado puesto que lo atribuyen a un grupo excluido al que podían por tanto pertenecer cualquier persona que se encontrara en ese barrio o decidiera libremente llevar el mismo tipo de vida. Siguiendo además esta misma deducción aquellos gitanos que poseen una buena vivienda y un empleo estable ya no recibirían esta denominación a pesar de ser miembro de esta etnia. Por lo que una más la sociedad se deja llevar por el poder de clases, polarizando la sociedad en dos grandes grupos los que tienen recursos económicos y los que carecen de ellos, obviando y dejando a un lado el resto de características de una persona siendo considerada miembro de un grupo o de otro en función de la aceptación de su imagen social.

Interesante me ha parecido la siguiente noticia encontrada en el periódico ADN bajo el siguiente titular “Los Gitanos se sacuden los estereotipos”, en la cual se ven precisamente reflejados los contenidos anteriormente descritos. Así pues, hace referencia a que la venta ambulante y el chabolismo es la imagen recurrente, equivocada y prejuiciosa que tiene la sociedad hacia la comunidad gitana, que con años de historia de represión hoy están superando esas barreras aunque la gran mayoría de gitanos empresarios, abogados o universitarios sean invisibles, puesto que no forman parte del tópico. Y es que datos como que 120.000 niños gitanos entre 3 y 16 años se encuentran escolarizados en España lo que supone según la Fundación Secretariado Gitano el 99% de los niños no interesan. O que según el informe del programa Acceder de esta fundación la tasa de empleo de la población gitana activa es del 59,7% dedicándose en su mayoría al sector servicio son datos que desmitifican al colectivo y no interesa que se sepan. La cuestión es que estos datos no venden por lo que los medios de comunicación solo se hacen eco de los hechos escandalosos y altercados que tienen lugar en esta comunidad al igual que en el resto de la sociedad, siendo éstos el principal agente discriminatorio. Como bien expone el artículo de prensa “lo que muestran los medios es una realidad, pero una realidad muy pequeña”.

Os dejo el enlace de la noticia por si alguien quiere leerla al completo, lo que os recomiendo y la página del informe:

Precisamente en esta cuestión me gustaría incidir puesto que en numerosas ocasiones diferentes programas y cadenas de televisión muestran de manera reiterada una y otra vez las imágenes más deprimentes de cada barrio o colectivo precisamente con la intención de vender, de buscar el morbo y de sacar siempre lo más escabroso. Estas imágenes llegan a millones de ciudadanos que desde el sofá de sus casas ven a través de la “caja tonta” un mundo que desconocen y al que temen por todo lo que les han contado. Son concretamente como bien expone el lema de una de las campaña de la Fundación Secretariado Gitano “tus prejuicios son las voces de otros, conozcámoslos antes de juzgarlos”.

                                             


Personalmente me exacerba e indigna que siempre se muestre la misma imagen estereotipada de los mismos barrios o guetos, mientras que nunca salen a la luz la infinidad de buenas prácticas que se llevan a cabo a través del esfuerzo de muchas personas para que salga adelante. Concretamente hago referencia a la situación del Polígono Sur en Sevilla, la cual conozco de primera mano, donde existen multitud de asociaciones, talleres, actividades o prácticas comunales entre otros proyectos los cuales se pierden en el anonimato, se desconoce por completo la labor que en este barrio se está llevando a cabo y la manera de intervenir, incidiendo por el contrario siempre en los mismos hechos. Conocer la realización de estas buenas prácticas nos permite visualizar otra imagen del colectivo y enriquecer nuestra perspectiva ampliando el campo de miras. Así por ejemplo el proyecto de Comunidad de Aprendizaje que se lleva a cabo en el C.E.I.P Andalucía permite la transformación de la educación y de todo un barrio en el que profesores, padres, familiares y alumnos se encuentran implicados pero cuyo titular no supone por lo visto una noticia lo suficientemente importante como para que se hagan eco los medios de comunicación. Y es que creo que si ha este tipo de prácticas se le concedieran mayor difusión le estaríamos concediendo una nueva oportunidad tanto para el colectivo como el resto de ciudadanos de rectificar los errores cometidos en el pasado, poder cambiar la visión mantenida al respecto y mejorar su relación. Personalmente apuesto por dar a conocer todas las iniciativas que se estan llevando a cabo e invito a que todas las personas tomen contacto directo con los distintos colectivos y realidades, solo así cambiara su visión concienciándose de los hechos siendo este mi caso particular.

En cuanto a la historia de la comunidad gitana cabe decir que su llegada a la península aproximadamente en el siglo XV supuso una buena acogida, incluso eran estimados por los campesinos y aldeanos de la zona por su alegre estilo de vida, su comercio y sus habilidades artesanas. Sin embargo todo cambio con la reconquista, y la hegemonía del cristianismo acabo con la convivencia pacífica de diversas culturas y religiones a través de la represión ejercida por la Inquisición en nombre de la Iglesia y los Reyes Católicos, siendo la etnia gitana perseguida y considerada como gente peligrosa. Ya en el siglo XIX, aunque no exento de represión, las familias gitanas consiguieron de nuevo abrirse paso en la sociedad a través de la dedicación a la agricultura y ganadería, especialmente el comercio de ganado para las labores del campo. Pero con la revolución industrial empeora su situación y vuelven a ser considerados pocos provechosos y por lo tanto un lacra social, ya que la industrialización y la modernización de las estructuras productivas situó de nuevo a los gitanos fuera del sistema productivo trayendo además consigo la implantación y valoración de nuevos comportamientos sociales que difieren de sus propias costumbres.

Como podemos apreciar se trata de toda una vida, de años de historias en los que la etnia gitana ha intentado integrarse socialmente y vivir su vida a pesar de la multitud de obstáculos que el resto de la sociedad ha ido interponiendo en su camino. De hecho no solo han sido perseguidos sin ningún motivo aparente más que el de haber nacido y pertenecer a esta etnia, sino que se han elaborado infinidad de leyes y desarrollado medidas para su exterminio. Dice el historiador George Borrow que "quizás no haya un país en el que se hayan hecho más leyes con miras de suprimir y extinguir el nombre, la raza y el modo de vivir de los gitanos como en España". Pero aunque estos hechos nos parezcan abrumadores en la actualidad aun se siguen cometiendo autenticas aberraciones contra este colectivo como la expulsión de los gitanos rumanos cuyos hechos trabajamos en clase a lo largo del primer cuatrimestre.


Bandera de la comunidad gitana
 Ahora bien dentro del mundo gitano la cultura es uno de los factores o elementos que más caracteriza a este grupo, aunque al haber sido un pueblo principalmente nómada ha carecido de una literatura escrita que se encuentre recogida en un documento. Pero la etnia gitana tiene una cultura propia transmitida de generación en generación de manera oral compuesta por su lengua, sus leyes y el compendio de tradiciones, costumbres, ritos y expresiones artísticas que ellos mismos practican en su vida cotidiana y reconocen como propias. Destacar principalmente que el dialecto de los gitanos españoles es el caló, aunque suelen hablar la lengua propia de la región donde se encuentran y la importancia fundamental de la familia y sus relaciones.

De esta manera, el sistema de valores de la cultura gitana señala principalmente la importancia de la familia que suelen ser muy extensas y en las que se incluyen padres, hijos, tíos, primos, hermanos, abuelos e incluso bisabuelos. Cada uno de ellos ostenta un status aunque todos los miembros son respetados y apreciados, no existiendo en la actualidad un carácter diferenciador tan marcado como aparentemente se nos plantea. En su cultura, el matrimonio y la formación de la familia es un momento crucial en sus vidas cuya dedicación a su cuidado, protección y mantenimiento son cruciales. Para los gitanos sus hijos son generalmente su bien más preciado y una función fundamental dentro del papel que desempeña la mujer gitana es precisamente la transmisión cultural a los hijos y la educación su educación en los siguientes valores (Puigvert, 2001):

  • Respeto a la familia como institución suprema de la sociedad gitana que reafirma su identidad.
  • Respeto y veneración por lo mayores como figura de máxima autoridad, ya que representan la memoria y la sabiduría de la vida, siendo mediadores y consejeros en situación de conflicto.
  • La virginidad de la mujer antes del matrimonio, rasgo característico de la comunidad gitana. Desde aquí se explica el contraer matrimonio prematuramente.
  • Hospitalidad, solidaridad y ayuda para con los miembros de la etnia.
  • Respeto a los muertos, considerándose una ofensa gravísima cuando se ofende a la memoria de un difunto.
  • La concepción del trabajo como un medio y no como un fin. Lo importante es la familia y la convivencia.
  • Tener honor, que significa el cumplimiento de la palabra dada y el cumplimiento de sus leyes o decisiones tomadas por los mayores.

Hasta aquí se describe su realidad, la situación que la etnia gitana vive, pero ¿qué tiene que decir el gobierno central en todo ese asunto?. Pues bien España cuenta desde 1978 con la aprobación de la Constitución con un régimen político democrático que proclama valores como la libertad e igualdad, lo que supondría la normalización de la presencia de la etnia gitana en el seno de la sociedad española siendo estas personas consideradas sujetos con plenos derechos y obligaciones. Sin embargo aún en la actualidad se mantiene la percepción de la cuestión gitana como una misión de caridad o asistencialista que las administraciones públicas otorgan como una obra de gracia. Se produce pues el incumplimiento de la normativa al olvidar la atención a este colectivo como miembros de nuestra sociedad. Además debemos ser conscientes que la comunidad gitana por este mero hecho no requiere de una intervención, sino por la presencia de múltiples casuísticas y factores de riesgos que como a otros tantos colectivos lo sitúan en una situación de vulnerabilidad y exclusión social. Estamos haciendo referencia una vez más al conocido “circulo de la pobreza” en el que se encuentran diversos grupos al congregarse una serie de situaciones de las que es difícil encontrar la salida y más si nadie destina ayudas para colaborar en ello.

Precisamente en esta línea se encuadraría la presencia necesaria de la figura del educador social así como la de otros profesionales y agentes sociales, puesto que se trata de una intervención integral que afecta a todos los ámbitos de su vida por lo que deben participar todos y cada de uno de los sujetos involucrados.

En lo que respecta al ámbito educativo, dicho sistema no ha tenido en cuenta las características y cultura propia de este colectivo por lo que se ha considerado como un sector marginal que responde a un porcentaje minoritario con respecto a toda la población estudiantil española. Siguiendo a Ben-Ari y Amir (1986) cree que el único medio de integrar a las minorías resulta de llevar a cabo una reforma estructural del sistema escolar en el que se incluya una imagen positiva de las minorías implicadas, una armonía entre los elementos socializadores más importantes (escuela- familia) y una representación igualitaria de todas las culturas. Por lo que considero personalmente que se trata de un modelo de reforma basado en la interculturalidad, en el reconocimiento del pluralismo cultural y el respeto por todos ellos potenciando el dialogo en un plano de igualdad.

Precisamente el actual sistema de la LOGSE puso de relieve que en la escuela se debería aprender más que simples conocimientos o material teórico, sino que se deberían transmitir valores, actitudes y normas socialmente aceptables para formar no solo buenos profesionales sino buenos ciudadanos. Una verdadera lástima que estas intenciones se queden solo en papel mojado y no se lleven realmente a la práctica lo que supondría un gran avance necesario en el seno de una sociedad tan estresante en la que vivimos, en la que a veces se nos olvidan enseñar las pautas más básicas e importantes como el dar las gracias o pedir las cosas por favor. Formar a las nuevas generaciones en valores es fundamental para que colectivos como la etnia gitana, inmigrantes, personas con discapacidad se sientan integradas y pronto puedan dejar de ser víctimas de situaciones violentas producidas por el mantenimiento de prejuicios. Derribar esos tópicos, formar en este sentido y dotar a los menores de buenos valores es una función propia del educador social que debería cubrir con su incorporación a los centros educativos. Esperemos que las administraciones públicas tomen conciencia de la prioridad que supone fomentar estas prácticas y la necesidad de incorporar a la plantilla de profesionales de los centros escolares la figura del educador social, pues se trata de toda una inversión en materia de prevención que a la larga será mucho más ventajosa que el gasto en reinserción, centros, cárceles, juzgados, etc.

Por lo que respecta a la intervención desarrollada por el educador social personalmente considero que ésta debe estar enfocada a dos destinatarios: la sociedad en general y el colectivo gitano. Con cada uno de ellos deberá trabajar en una línea diferente aunque ambos grupos deben ser respetuosos, compresivos, abiertos y solidarios los unos con los otros, produciéndose un feedback en el que ambos sedan en distintos aspectos hasta alcanzar un acuerdo. Concretamente, coincidiendo y estando de acuerdo con mis compañeras las funciones del educador social a destacar son:

  • Participación del educador social en el entorno, conociendo su cultura y ejerciendo de mediador entre las distintas instituciones, la propia comunidad gitana y con el resto de la sociedad. Además de fomentar la colaboración de todos los agentes sociales. 
  • Sensibilización de la sociedad, con el objetivo de dar a conocer realmente al colectivo gitano derribando tópicos, prejuicios y estereotipos.
  • Prevenir la aparición de situaciones de riesgo, estableciendo una amplia red social y elaborando planes, programas y proyectos integrales que mejoren las condiciones de todos los ámbitos de su vida y permitan su integración.
  • Reeducar en hábitos y habilidades sociales al colectivo gitano que se encuentre en situación de desadaptación. Ofreciéndoles no solo el recurso sino concienciándolos de su buena utilización, formándolos para ello e incluso ayudándoles a que ellos mismos sean capaces de obtener dichos recursos por ellos mismos.

En definitiva hacer hincapié en el hecho de que aunque es verdad que existe un porcentaje llamativo de miembros de la comunidad gitana que responden a esos prejuicios, no podemos generalizar y estigmatizar a todo un colectivo por la situación, conducta o comportamiento de un número determinado de ellos. Y es que por esta regla de tres también se cometen delitos entre los payos y conflictos violentos, asesinatos o tráfico de drogas y por eso no todos los españoles roban, son asesinos, violadores o drogodependientes. Además debemos ser cautos y pararnos a reflexionar sobre las causas o motivos que conducen a una persona a la situación en la que se encuentran, y es que en el caso específico de la comunidad gitana no viven de manera precaria como resultado automático de su condición de gitanos, sino por la suma de diversos factores como su condición de pobre, bajo nivel educativo y por lo tanto laboral o las barreras sociales con las que se encuentran entre otros. Se puede decir pues, que la comunidad gitana se encuentra marginada por estar alejada del sistema productivo, educativo y su nivel de consumo reducido a la simple subsistencia.

A pesar de ello y según datos proporcionados por la Secretaría para la Comunidad Gitana, y la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social de la Junta de Andalucía, en nuestra comunidad 33% de la comunidad gitana se encuentra excluida frente a un 67% que se encuentra totalmente integrada, datos que parecen no corresponder con la cantidad de noticias que nos llegan de los medios de comunicación. No obstante, aún existe como bien demuestran las estadísticas un porcentaje significativo por el que se debe seguir trabajando por unas condiciones de igualdad y de integración social y no de segregación como se promueve en diversos tipos de políticas. Una metodología basada en una atención a la diversidad e interculturalidad, en la que se favorezca la colaboración y el trabajo en grupo con la participación directa de todos los implicados partiendo del respeto mutuo y el reconocimiento y valoración por la cultura gitana. Todo plan, programa o proyecto que no parta de estas líneas esta llamado al fracaso, a la inoperancia puesto que hay que contar con los propios sujetos y que sean ellos mismos los que aprueben las medidas y trabajen por ellas estando concienciados de su necesidad respetando siempre su propia identidad cultural. De otra manera todos los cambios establecidos no serán respetados por la comunidad gitana por lo que no proporcionaran ningún resultado. Al mismo tiempo la sociedad debe colabora en este proceso de integración siendo tolerantes con el colectivo y aceptando la diversidad como valor de enriquecimiento personal y social.

Sin más me despediré con la frase célebre propuesta por las compañeras de Alberto Senante, la cual me servirá como guía en mi desempeño profesional sea cual sea el colectivo con el que tenga el gusto de tratar, siendo ésta:

“Nadie es excluido por lo que es, sino por el trato que recibe de los demás. Quizás el excluido no existe, y solo existimos los excluyentes”.

domingo, 15 de mayo de 2011

FELICES 16

0 comentarios
Siguiendo en este segundo cuatrimestre con la recomendación de películas de índole social en este caso es el turno del film “Felices dieciséis” (Sweet Sixteen) del director cinematográfico Ken Loach. Ha ganado premios al mejor guión, el premio del Cine Europeo: Gran Premio de la Crítica Internacional y la Espiga de Oro a la Mejor Película.

Se trata de una película de drama basada en la vida de un joven adolescente que esta apunto de cumplir los dieciséis años llamado Liam. Su madre, Jean, está a punto de salir de la cárcel en la cual se encuentra cumpliendo condena por tráfico de drogas, pero estará justo para su cumpleaños, para poder celebrarlos juntos. Liam sueña con la vida familiar que nunca ha tenido, con un hogar para su madre, su hermana Chantelle y su pequeño hijo, y para él, fuera del alcance del novio de su madre, Stan, y su propio abuelo, a quienes odia. Pero para poder comprar una casa para ellos necesita tener dinero, por lo que equivocadamente decide seguir los pasos de la pareja sentimental de su madre y traficar con drogas. Planes que le acarrean problemas, de manera que su vida se va complicando.

En este caso podemos apreciar una situación multicausal en la que son numerosos los factores de riesgos que conllevan al protagonista a una situación de vulnerabilidad y exclusión social. En un barrio deprimido, una vivienda en malas condiciones, falta de hábitos higiénicos y alimenticios, absentismo escolar, debilidad de las red familiares y sociales, bajos ingresos económicos, desestructuración familiar, prácticas ilegales como la venta de sustancias tóxicas, etc son algunas de los aspectos que caracterizan las circunstancias de Liam.

Vean la película y opinen ustedes mismo. ¿Qué se debería hacer en ese caso?, ¿cómo intervendríamos?, ¿qué programas serían aplicables?, o ¿qué recursos estarían a su alcance?. Éstas son algunas de las preguntas que os podéis hacer a la hora de visualizar la película.

                                    

lunes, 2 de mayo de 2011

SALUD MENTAL

0 comentarios
La Salud Mental fue la temática escogida por las compañeras Clara, Esperanza y Cristina para su exposición. Un colectivo desconocido para muchos de nosotros por lo que su elección parece interesante o al menos innovadora, así que los allí presentes nos mostramos bastante expectante ante la novedad.

Para comenzar, las compañeras realizaron una pequeña lluvia de ideas a través de las preguntas ¿qué es la salud mental? y ¿cuáles son los recursos que se encuentran a disposición de este colectivo?. Conceptos como deterioro mental, manicomios, psiquiátricos, hospitales o tratamiento psicológico entre otros fueron algunos de los términos que salieron a la palestra. La verdad que todos tenemos más o menos presente la imagen de una persona con problemas de salud mental, por lo que la gran mayoría al transmitirnos dicha temática rápidamente se nos vino a la mente nunca mejor dicho una persona que no tiene control de su conducta, ha perdido la razón, se encuentra desorientada, confundida, ha perdido la cordura o el sentido común y puede presentar ataques por lo que los recursos que se les proporcionan normalmente es un tratamiento médico y el internamiento en un centro en el que solemos visualizarlo como una especie de cárcel en la que se les aísla con todo de blanco y con camisas de fuerza para sujetar a los pacientes.

Ahora bien dicha imagen, anteriormente descrita, se encuentra estereotipada y llena de prejuicios causada en gran parte por el ámbito cinematográfico, que a través de sus películas han transmitido este perfil. Una visión que se ha mantenido asociada a lo largo del tiempo con falsas ideas como que son personas incapaces de integrarse en la sociedad por lo que deben aislarse, no pueden participar activamente, no tienen control sobre sí mismos, no son inteligentes y suelen producir miedo, rechazo e inseguridad. Por lo tanto precisamente a través de este medio, es decir del visionado de dos fragmentos de las películas “Shuttle Island” y “El intercambio”, las ponentes pretendieron acercarnos aún más la imagen proyectada de este colectivo que en numerosas ocasiones corresponde con una realidad no tan lejana, lo que a su vez les permitió explicarnos la evolución de su tratamiento de manera más comprensiva.

Así pues los manicomios eran la única institución que se hacía cargo de estas personas, por lo que se trataba de un “cajón de sastre” al que se destinaban todos aquellos sujetos que rompían el orden social y suponían una lacra para el sistema. Prostitutas, alcohólicos o alborotadores del régimen entre otros eran las personas que también ingresaban en estos centros con fines principalmente restrictivos, dado que eran utilizados como instrumento para dar respuesta al problema de la pobreza, enfermedad o marginación ejerciendo por tanto como medio de control social. Por lo tanto las consecuencias de este tratamiento con falta de medios, personal poco cualificado, masificación en los centros, atención despersonalizada y rudimentaria provocaba en los pacientes un grave deterioro general, un empeoramiento de su estado, mayor marginación y aislamiento.

Sin embargo a pesar de las deplorables condiciones en las que se encontraban estos centros, debemos apuntar que son considerados el germen del trabajo social al atender a la pobreza y los problemas sociales. Así pues el avance progresivo en los medios de tratamiento, el reconocimiento de la terapia, el clima general de la democracia, el reconocimiento de los derechos humanos y el crecimiento económico fueron impulsando una clara tendencia hacia la “desinstitucionalización”. Por lo que en el siglo XX a partir de finales de la II Guerra Mundial surgió en occidente una corriente de reforma psiquiátrica, una transformación de la atención que produjo el cambio de la reclusión en manicomios a un modelo de atención a la salud mental. Se produjo por tanto un desmantelamiento del sistema tradicional de asistencia psiquiátrica dando lugar al desarrollo de una red integral que aúna tanto el aspecto sanitario como el social.

Así pues, concretamente en España el mayor proceso de transformación se produjo con la aprobación de la Ley 14/1986 General de Sanidad, de 25 de abril, con la que se proclama en materia de salud mental los siguientes avances:

Título I del Sistema de Salud: Capítulo III de la Salud Mental.

Artículo 20. Sobre la base de la plena integración de las actuaciones relativas a la salud mental en el sistema sanitario general y de la total equiparación del enfermo mental a las demás personas que requieran servicios sanitarios y sociales, las Administraciones sanitarias competentes adecuarán su actuación a los siguientes principios:

  • La atención a los problemas de salud mental de la población se realizará en el ámbito comunitario, potenciando los recursos asistenciales a nivel ambulatorio y los sistemas de hospitalización parcial y atención a domicilio, que reduzcan al máximo posible la necesidad de hospitalización. Se considerarán de modo especial aquellos problemas referentes a la psiquiatría infantil y psicogeriatría
  • La hospitalización de los pacientes por procesos que así lo requieran se realizará en las unidades psiquiátricas de los hospitales generales.
  • Se desarrollarán los servicios de rehabilitación y reinserción social necesarios para una adecuada atención integral de los problemas del enfermo mental, buscando la necesaria coordinación con los servicios sociales.
  • Los servicios de salud mental y de atención psiquiátrica del sistema sanitario general cubrirán, asimismo, en coordinación con los servicios sociales, los aspectos de prevención primaria y la atención a los problemas psicosociales que acompañan a la pérdida de salud en general

(http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/l14-1986.t1.html)

La aprobación de la Ley General de Sanidad hace 25 años, supuso un antes y un después en el sistema de salud mental, abogando por un cambio en su tratamiento promoviendo para ello el cierre de “los manicomios o centros psiquiátricos” e impulsando en su lugar la creación de unidades de salud mental. Planteaba por tanto una reforma profunda en psiquiatría para atender a las personas con trastorno mental de forma comunitaria evitando así su internalización y aislamiento en un centro. El presidente de la Confederación Española de Agrupaciones Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEAFES), José María Sánchez Monje ha reconocido el gran progreso que ha supuesto esta normativa en el reconocimiento de los derechos y atención a este colectivo, dado que “logró equiparar a las personas con una enfermedad mental con aquellas que tenían otro tipo de patologías”. Sin embargo asegura que aunque esta ley permitió acabar con la reclusión de un gran número de la población en condiciones infrahumanas, se trata de una reforma incompleta al no ofertar un sistema de atención integral ni prestar los recursos necesarios para el cumplimiento de los objetivos previstos.

Así pues, el psiquiatra Josep Clusa apunta que la gran reforma se ha encontrado con dos problemas:

- El despliegue de la red no ha contado con financiación suficiente.

- Los órganos gestores se han visto influenciados por ideología, política y técnica.

Estas dos cuestiones han provocado que se desarrolle una red con deficiencias, poco equitativa y que no facilita o proporciona un proceso psicoterapéutico individualizado, lo que conlleva a su vez a recaer sobre las familias en exceso el peso del soporte al enfermo en su vida cotidiana. Se ha responsabilizado del cuidado y atención de estas personas con problema de salud mental a sus familiares, produciéndose una sobrecarga de las funciones de éstos y cierto desentendimiento por parte de las administraciones públicas. En muchas ocasiones estos acontecimientos han desembocado en una situación insostenible, conflictiva y problemática en la que los familiares no pueden solos seguir hacia adelante con el cuidado de esta persona porque carecen de medios, de recursos, de formación o simplemente se encuentran desorientados, cansados y fatigados de la labor. Y es que este tipo de cuidados prolongado en el tiempo, con una atención diaria sin recibir ningún tipo de ayuda o respiro supone un agotamiento de los familiares, quienes pueden sufrir ansiedad y estrés por la situación en la que se encuentran incluso un deterioro de las redes familiares.

Por lo tanto en los años sesenta y setenta se lucho por la impugnación de los manicomios, y en los ochenta se puso en marcha en nuestro país una red de recursos de atención ambulatoria, hospitalaria y rehabilitadora para el mantenimiento o reincorporación del paciente a su entorno natural con su familia. La cuestión siguiente a defender en la nueva lucha es la incorporación de la enfermedad mental como un ámbito más dentro de la salud. Pero a pesar de mis escasos conocimientos en esta temática, me atrevería a decir que además de esos aspectos se deberían incluir y tener en cuenta la reivindicación del establecimiento de una verdadera red integral desde la que se abarcara esta problemática desde todos los ámbitos de la vida de la persona, que garantizasen de esta manera su integración social así como su bienestar y calidad de vida englobando todas las edades. Una red de recursos que favoreciera un desarrollo normalizado de su vida y apoyos constantes para los familiares, puesto que debemos entender que los enfermos mentales no están incapacitados totalmente para desenvolverse por sí mismos. Éste es quizás uno de los hándicap de este colectivo pues existe una sobreprotección por parte de la familia, una estigmatización de la persona y no se valora ni se promueve la adquisición de habilidades sociales que le permitan desarrollarse en sociedad y valerse por sí mismo.

Gran parte de esta cuestión se centra en la concesión a lo largo de la historia de un tratamiento médico exclusivo, por lo que no se reconocían el tratamiento con este colectivo desde otras disciplinas. En la actualidad se han producido grandes avances en esta línea aunque existen grandes lagunas en algunos sectores profesionales importantes y necesarios como es el caso del educador social, aunque sobre esta cuestión incidiremos más adelante.

Inmaculada Pinar y Enric Arqués, de la Asociación Joia y quienes han potenciado Radio Nikosia, aseguran que desde los años ochenta cuando empezaron a trabajar en este sector se han realizado grandes avances y transformaciones a nivel de estructura, pero la integración social y laboral de estas personas siguen siendo hoy día el principal caballo de batalla de las personas que trabajan para la mejora de este colectivo. Y es que según cuentan se le sigue otorgando la identidad de enfermo, se le considera como ciudadano de segunda incapacitado para ejercer sus derechos y obligaciones, etiquetado bajo viejos prejuicios, siguen en pie grandes barreras sociales construidas ante estas personas a pesar del derribo de los muros de los centros psiquiátricos. Por lo que el apoyo a las familias y a los centros de empleo, la lucha contra el estigma y la promoción de viviendas y pisos tutelados es fundamental para seguir avanzando con este colectivo.

Os dejo a continuación dos enlaces sobre dos noticias referentes a todo lo comentado anteriormente de las que he extraído esos datos, ya que me han resultado muy interesante y de gran interés para reflexionar sobre el tema que en esta entrada nos atañe sobre salud mental:




Ahora bien, todos estos progresos producidos en este colectivo han mantenido una estrecha relación con los cambios acaecidos en el concepto de enfermedad y salud mental. La enfermedad mental es un concepto que se encuentra enmarcado en la psiquiatría y medicina, es una alteración de los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo, encontrándose alterado el razonamiento, el comportamiento, la facultad de reconocer la realidad o de adaptarse a las condiciones de la vida. Sin embargo se trata de un término en desuso debido a que el origen biológico no está en algunos casos claramente demostrado y por la estigmatización social que implica, siendo sustituido por trastorno mental o psicopatología promovidos éstos por la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Psiquiátrica Americana. La Salud Mental por su parte es un concepto más amplio que engloba todos los aspectos de la vida de la persona, su equilibrio con el entorno sociocultural en el que se encuentra inserto lo que garantiza su participación laboral, intelectual y relacional para alcanzar un bienestar y calidad de vida. Sin embargo este es un término muy subjetivo cuya definición dependerá de la cultura a la que haga referencia.

Debemos hacer un inciso para aclarar que el concepto de enfermedad mental aglutina numerosas tipologías, por lo que resulta muy complicado definir de manera precisa y bajo un único término todas ellas. Además cada uno de estos trastornos presente diferentes síntomas por lo que se deben abordar de manera particular e incluso individualizada puesto que cada persona presenta y desarrolla diversas características. Y es que los trastornos mentales presentan una naturaleza multifactorial integrando elementos biológicos, ambientales y psicológicos, de ahí la gran diversidad existente debido a su multitud de combinaciones. No obstante las principales características psicosociales destacadas son baja autoestima, inseguridad, carencias afectivas, aislamiento, apatía o deterioro de las habilidades sociales entre otras.

Las compañeras hicieron alusión a las principales tipos de enfermedades mentales siguiendo el manual CIE 10, pero en esta entrada me centrare en la esquizofrenia ya que fue este el trastorno sobre el que giro el mayor peso de la presentación.

La esquizofrenia fue un término introducido en 1911 por el psiquiatra suizo Bleuler que significa “mente pérdida”, para hacer referencia a dificultades en la asociación de ideas con una retirada de la realidad y vida social, aunque este trastorno fue identificado previamente en 1896 por el psiquiatra alemán Kraepelin con el nombre de “demencia precoz”. La edad de aparición está comprendida entre los 15 y los 45 años, aunque suelen comenzar al final de la adolescencia, también hay casos de aparición en la infancia, que suelen camuflarse con problemas escolares o mal comportamiento. Quien padece este trastorno experimenta una distorsión en sus pensamientos y sentimientos, por lo que resulta muy complejo que una persona que presente estos síntomas los identifique y lo asimile como tal, resultando aún más complejo si cabe su diagnóstico.

El principal problema de la esquizofrenia es que presenta síntoma subjetivos con variaciones específicas dependiendo de la persona en cuestión que sufre la patología, aunque se pueden reconocer dos tipos de síntomas:

  • Síntomas positivos: son aquellas manifestaciones que el paciente hace o experimenta y que las personas sanas no suelen presentar. Se tratan de episodios psicóticos como alucinaciones, delirios, alteraciones del pensamiento, en el ámbito de los sentimientos como angustia o excitabilidad y en la motricidad.

  • Síntomas negativos: son aquellas cosas que el paciente deja de hacer y que los individuos sanos pueden realizar cotidianamente, como pensar con fluidez y con lógica, experimentar sentimientos hacia otras personas o tener voluntad para levantarse cada día. Presentan pobreza afectiva, apatía, insociabilidad y problemas cognitivos de la atención.


En lo que respecta al tratamiento de este tipo de trastorno mental, debemos señalar que la esquizofrenia se trabaja fundamentalmente con fármacos llamados antipsicóticos los cuales se encargan de controlar los síntomas activos pero es necesario que se complemente con un tratamiento psicosocial. Y es que ya que se persigue la integración social de la persona y su desarrollo en sociedad normalizando su situación es fundamental la adquisición de habilidades sociales que le permitan convivir en comunidad, que desarrolle o recupere hábitos de vida saludable, que tenga una ocupación y se mantenga activo, y que cree una red social importante y se relacione con familiares y amigos. Por ello el tratamiento psicosocial se basa fundamentalmente en su rehabilitación, un buen soporte terapéutico que le proporciona la ayuda que requiere para su desempeño en todos los niveles de su vida, necesario para una evolución favorable del sujeto. Se trabaja desde el contexto familiar con el objetivo de disminuir o eliminar el déficit que presenta en los distintos ámbitos de la vida diaria que impiden su integración en el medio, dotándole de mayor autonomía, mejorando su calidad de vida y la de sus familiares. Es imprescindible para ello llevar a cabo un plan individualizado de rehabilitación adaptado a cada trastorno concreto y a las características personales de cada individuo, por lo que las áreas trabajadas son las siguientes:

- Psicoeducación del paciente y de la familia: proveer de una información actualizada y comprensible acerca de la enfermedad mental, enseñando a discriminar los síntomas, otorgando la importancia de la medicación y llevando a cabo una labor de concienciación.

- Habilidades sociales: mediante actividades en grupo se trabajan técnicas gratificantes y educativas del trato social. De manera gradual se va progresando en la configuración de pequeños grupos, la realización de tareas cooperativas, el entrenamiento de habilidades específicas como pedir favores, aceptar críticas, mantener la escucha, entablar conversaciones, etc.

- Educación para la salud: fomentar la salud como un bien que se puede trabajar mediante temáticas como la sexualidad, alimentación, sueño, prevención de la ansiedad, autoestima y autoimagen o capacidades cognitivas.

- Orientación y tutoría: aconsejar sobre cualquier duda o problema que presente un usuario, siempre que no pueda ser tratado de manera grupal porque requiera de un trato personalizado.

- Actividades de la vida diaria: adquisición de habilidades necesarias para la vida cotidiana como el cuidado personal, actividades domésticas y orientación cultural.

- Desenvolvimiento personal: actividades para el desarrollo de habilidades que le permitan moverse en el ambiente comunitario en el que se encuentra inserto como la realización de trámites, orientación social, cultural, deportiva, política o enseñarles recursos para buscar empleo.

- Otras áreas: prestaciones socioeconómicas y sanitarias, de formación laboral, alternativas residenciales, uso del tiempo libre, educación de la persona afectada, ocupación y apoyos.

Como hemos podido apreciar las personas con problemas de salud mental necesitan recibir una atención multidimensional, ya que afecta a todos los niveles de su vida. Dicha problemática se debe abordar desde una perspectiva integral en la que se presta una atención biopsicosocial, dado que no presenta exclusivamente tintes biológicos sino que también aparecen raíces sociales. Por lo tanto no podemos sustituir la medicación pero si complementar la actuación con técnicas que permitan el autocontrol, aumento de la autoestima o habilidades sociales. Además prueba de ello son los recursos existentes desde distintas áreas como son los recursos sanitarios con las distintas unidades específicas de salud mental y las unidades de carácter experimental, así como los recursos de apoyo social. La cuestión si sitúa quizás una vez más ante el hecho evidente y necesario de la presencia de las funciones educativas y sociales, y la ausencia de la figura profesional del educador social.

Sinceramente pienso que se trata de un colectivo cuya intervención precisa y requiere de la participación desde diferentes áreas, por lo que tiene cabida la involucración de los distintos profesionales aunque el personal técnico-sanitario nos impida nuestra incorporación en este ámbito. El problema se encuentra bajo mi percepción en la ausencia de una clara delimitación específica que establezca los distintos campos de intervención y el perfil profesional que debe hacerse cargo del mismo, dando lugar al intrusismo profesional y a la falta de control fruto de la carencia de una normativa que regule dicha acción. De esta manera el perfil del educador social en este ámbito no se encuentra reconocido y sus funciones son asumidas por el monitor ocupacional, lo que interfiere a su vez y disminuye la calidad de los servicios prestados. Andalucía pionera en la aplicación de la reforma psiquiátrica debería serlo también en la inclusión del perfil profesional del educador social, cuestión en la que están despuntando comunidades como Madrid y Cataluña.

Por lo tanto abogamos por un incremento de las políticas sociales destinadas al colectivo de personas con alguna enfermedad mental, ya que se trata de uno de los grupos más olvidados por las administraciones públicas y por lo tanto de los más desconocidos. El aumento de política social supondría una mayor descentralización, mayores recursos, medios y sobre todo un mayor número de especialistas que trabajasen en este campo, acabando de esta manera con numerosos estigmas de que son violentos, incapacitados laboralmente o una personalidad voluble. En resumen se debe dar a conocer el colectivo, derribar tópicos, aumentar las ayudas destinadas a este colectivo e integrar su situación.

En definitiva se debe tener en cuenta y muy presente este colectivo, ya que no existe un perfil determinado y cualquier persona puede verse afectada independientemente de su clase social. No debemos marginar o excluir a estas personas puesto que se trata de una patología que simplemente les hace ver el mundo de otra manera, presentan una visión diferente de la realidad por lo que dejemos pues que se desarrollen e intentemos canalizar positivamente toda su energía por lo que en algunos casos podremos entonces disfrutar como bien señalaron las ponentes de grandes artistas de la historia como Dalí, Van Gogh o Nietzsche entre otros.

De hecho actualmente, vivimos en un tiempo en el que el estilo de vida no favorece en absoluto la buena salud mental con la pérdida de valores, de referentes, desestructuración familiar, desempleo, ansiedad, estrés, etc; factores de riesgo de carácter individual, familiar, económicos, ambientales, sociales o genéticos que unidos a la ausencia de factores de protección en un contexto vulnerable es probable y puede dar lugar al desarrollo de la enfermedad mental. Y es que en los últimos años han aumentado los trastornos obsesivos y depresivos, vivimos con un alto nivel de insatisfacción personal y familiar, no disfrutamos de la vida por lo que no somos felices. Se estima que el 27% de los europeos adultos sufren al menos una forma de alteración psíquica en alguna época de su vida, siendo la depresión una de las principales causa de enfermedad en el mundo desarrollado, lo que ha aumentado el número de suicidios.

Creo pues, que tras todo lo expuesto hemos podido conocer algo más a este colectivo y su situación, así como comprender su patología gracias especialmente a la dinámica de escucha de voces llevada a cabo por las compañeras durante su exposición. Es uno de los colectivos que más ha llamado mi atención al ser tan desconocido, por lo menos para mí, y al visualizar claramente la necesidad de una intervención socioeducativa apenas reconocida. En una sociedad en la que la tendencia predominante es que la mayoría de los fenómenos de la vida se medicalicen, debemos luchar por ocupar el lugar que nos pertenece, recibir el reconocimiento oportuno y que la atención socioeducativa sea igual de valorada que la atención sanitaria. Aunque nos lleven años de historia de ventaja y suene tal vez a utopía, pienso que el profesional del ámbito educativo y social está siendo cada vez más necesario y requerido por parte de las distintas instituciones por lo que espero que algún día no tengamos que responder a preguntas como ¿qué es trabajo social?, ¿qué es educador social?, ¿de qué se trata o a qué os dedicáis?, puesto que estemos insertos en la sociedad a tan nivel que nuestra acción este normalizada en cualquier contexto.




                                
Aquí os dejo un fragmento del documental 75minutos

Yo misma...

Mi foto
-Estudiante de Trabajo y Educacion Social en U.Pablo de Olavide. -Corresponsal Juvenil del Area de Juventud del Ayuntamiento de Los Palacios.
 

Portafolio de Vico Design by Insight © 2009