domingo, 30 de enero de 2011

Una clase distinta

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El pasado 13 de enero de 2011 tuvo lugar la primera clase del año de la asignatura de intervención, y al mismo tiempo con ésta se ponía fin al primer cuatrimestre. Así pues la profesora Almudena estructuro el orden del día de la siguiente manera: una pequeña introducción, una primera parte y una segunda.

En primer lugar recibimos las felicitaciones del nuevo año correspondientes por parte de la profesora, y nos hizo varios incisos respecto al blog. Nos comento que una vez más estaba sorprendida por la cantidad de entradas realizadas durante el periodo navideño, valoro positivamente el desarrollo de la mayoría de éstos y fijo la fecha de cierre del blog y evaluación del primer cuatrimestre hasta el domingo 30 de enero. Hizo hincapié en el hecho de que será algo estricta y exigente a la hora de valorar los blogs, dado que se trata de un periodo inicial debe coloquialmente hablando “apretar las pilas”. Además nos comento alguna información respecto al segundo cuatrimestre el cual girará básicamente sobre las exposiciones de los diferentes grupos de trabajo, por lo que recaerá en nosotros mismos el mayor peso de la dirección de las clases.

A continuación la primera parte de la sección, Almudena la dedicó de manera breve a terminar de explicar los distintos modelos de intervención, pero fue verdaderamente interesante su desarrollo. Así pues se comentaron los aspectos teóricos aunque se plantearon diversos ejemplos prácticos de casos reales como el caso de un niño con problema de atención causante. Éstos ejemplos nos acercaron a la temática, nos hizo comprender mejor los contenidos y sensibilizarnos con el tema que estábamos tratando. Por lo que se abrió un pequeño coloquio dentro de un buen clima de trabajo, en el que se plantearon aspectos muy interesantes y de importancia relevante, sobre todo porque nos hizo reflexionar a la mayoría de los allí presente.

Comentamos el hecho de que no intervenimos ya desde el ámbito médico ni psicológico, sino desde el ámbito socio-educativo, como agentes sociales que intervienen educativamente para paliar una situación social. No obstante, solemos trabajar de manera interdisciplinar, siendo nuestra la óptica la educativa la más abierta, por lo que debemos ser constantes en nuestras funciones, en delimitar y especificar nuestro trabajo, así como en reivindicar la importancia del papel de nuestra figura, como futuros trabajadores y educadores sociales. Así pues nosotros nos preocupamos por cómo una persona ha llegado a esa situación, le otorgamos importancia a los procesos que llevan a una persona a comportarse de una determinada manera. Llegados a este punto una vez más se abrió la polémica, de manera sosegada eso si esta vez, sobre los colectivos con los que en un futuro próximo tendremos que intervenir, dado que en la mayoría de las ocasiones tendremos que trabajar con personas con serios problemas de conducta disociales y no todos tendremos la suerte de trabajar con bebés o niños pequeños indefensos. Además tratamos algunos de los actuales problemas de la sociedad, el incremento de casos así como el cambio del perfil de usuarios fruto de un ambiente estresante, dedicados al trabajo y producción de bienes materiales, el desconocimiento de los recursos existentes o el individualismo que reina en este tipo de sociedades modernas.

Ahora bien en la segunda parte de dicha sección la profesora trabajo las habilidades a la hora de exponer, cómo debemos hablar en público dado a la proximidad de las exposiciones propias del segundo cuatrimestre por parte del alumnado. De esta manera intento restar importancia a las mismas, reducir los nervios a la hora de afrontar esta experiencia y proporcionarnos algunos consejos. Por lo que tratamos de manera práctica a través de la participación y colaboración de algunos compañeros sobre que hay que tener en cuenta cuándo se va a hacer una exposición en clase.


Se trata de un tema muy importante al aportarnos diversos consejos a la hora de hablar en público, de expresarnos de forma oral ante un grupo de personas, lo que es un aspecto crucial en nuestra formación y en nuestro desempeño profesional. Sobre esta temática de hablar en público junto con la importancia de la comunicación no verbal ya se han dado diversas pinceladas a lo largo de la titulación en asignaturas como Didáctica o Educación Permanente. No obstante, en ningún momento se nos ha planteado desde la naturalidad y cercanía con que esta vez se ha hecho. Casi todos comentamos nuestros miedos y principales inquietudes a la hora de expresarnos en público, coincidiendo la mayoría de ellas siendo las típicas de: si me equivoco, si me pierdo, si me caigo, que hago con las manos, si se ríen de mi, si hago el ridículo, etc. Antes estas cuestiones, Almudena nos aseguro que son las mismas que tiene ella cada día cuando se planta delante de todos nosotros y las mismas que comparten el resto de compañeros y profesionales, aunque con experiencia se va mejorando y soltando a la hora de exponer o hablar en público. Así pues le resto importancia, nos dio confianza y nos animó a que nos tomemos este reto de manera positiva pues va a ser un ejercicio enriquecedor para todos.

Personalmente no me incomoda demasiado el hecho de tener que exponer delante de mis compañeros y es más estoy deseosa porque llegue ese momento de gloria en el que hacerme escuchar junto con los miembros de mi grupo. Tengo muchas ganas de terminar el trabajo en sí, y preparar la exposición, pues eso si me tiene más preocupada o intranquila es ¿cómo hacer algo novedoso, práctico, dinámico, completo y a la vez formativo?. Bueno, concretamente mi grupo expone el 23 de marzo por lo que todavía queda algo de tiempo para pensar, así que algo grande se nos tiene que ocurrir.

Sin más concluiré esta última sección diciendo que ha sido una sección muy fructífera y gratificante, que ha supuesto de nuevo un cambio con respecto a las últimas secciones dedicadas a las lecturas las cuales han sido más teóricas. Clases como ésta última tienen el seño de Almudena y son las propias de intervención, las cuales aunque en un principio resultaron un tanto difíciles ahora han resultado revitalizantes. Así pues me despediré con una frase de Percy B Shelley que dice:

“Lo que importa verdaderamente en la vida no son los objetivos que nos marcamos, sino los caminos que seguimos para lograrlo”.

sábado, 29 de enero de 2011

SEMINARIO CENTROS DE MENORES (parte II)

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Hasta este momento no hemos mencionado la importancia de diferenciar entre situación de riesgo o de desamparo, cuestión en la que hizo mucho hincapié la ponente.

Además se incidió en las pautas requeridas en el tratamiento de un caso con un menor, siendo éstas las siguientes:
- Detección situación de riesgo.
- Comunicación Servicios Sociales Comunitarios y concretamente los ETF (Equipo de Tratamiento Familiar), desde lo que se trabajará con la familia y el menor en su propio entorno.
- Servicio de Protección de Menores, en el caso que proceda realizará la retirada del menor:
  • Familia de acogida.
  • Centro de Acogida Inmediata (C.A.I).
- Acogimiento familia extensa, preadopción o adopción permanente. Decisiones tomadas por la Comisión Provincial de Medidas del Menor, a través de los informes de los servicios comunitarios, el ETF y los educadores CAI.

Cabe resaltar la importancia de trabajar en las situaciones de riesgos, con las familias y el entorno, dado que constituyen el principal agente socializador del menor en el proceso de su socialización primaria y para evitar que se dé lugar a situaciones de desamparo donde las circunstancias y consecuencias de las mismas son más graves o severas. Además debemos considerar que se trata de una situación en la que puede encontrarse cualquier tipo de perfil de familias, por lo que se debe trabajar además desde la prevención para intentar reducir el número de casos.

Ahora bien, ¿qué deberemos hacer cómo futuros profesionales de este ámbito?. Cómo educadores sociales de un centro que recibe un menor en estas circunstancias el proceso de protección requiere la realización de las siguientes pautas:

- Recepción: valorar si es competencia del sistema de protección de menores y el grado de urgencia.
- Estudio preliminar: decidir desde donde intervenir y si es necesaria la separación del menor de su familia.
- Estudio, diagnóstico, pronóstico: ratificar o revocar la retirada del menor.
- Propuesta de medidas: medidas de protección más adecuada, así como el diseño de un plan de intervención.
- Ejecución de la medida y plan de intervención: quién y cómo se ejecuta la medida y el plan.
- Desarrollo del plan de intervención y propuesta de medida definitiva: intervención con el menor lo que requiere continuas evaluaciones.

Finalmente antes de concluir la exposición del seminario y abrir el turno de ruegos y preguntas, el cual estuvo presente a lo largo del mismo, la ponente nos presento un caso práctico, el cual llamo mucho mi atención. Era el siguiente:

“Recién nacida en el hospital con Síndrome de Abstinencia, habiendo confirmado su madre que es toxicómana y que ha ingerido drogas durante el embarazo. Dicha situación es notificada al Servicio de Protección de Menores por parte del hospital a fin de que se valore la posible adopción de una medida de protección. La madre ha abandonado a la menor en el hospital y no se tiene conocimiento de su paradero. Se desconoce si existe familia extensa”.

¿Qué debemos hacer?:

- En primer lugar proteger a la menor.
- Contactar con las familias de urgencia.
- En el caso de que no haya ninguna disponible, proceder a su ingreso en un Centro de Acogida Inmediata (CAI).
- Intentar contactar e informar con la familia extensa de la menor.
- El Equipo de Menores debe investigar y valorar que se puede hacer en esa situación.
- Finalmente la Comisión Provincial de Medidas de Protección del Menor toma una decisión al respecto.

Antes de concluir, me gustaría comentar ciertos aspectos destacables que han supuesto una información interesante y novedosa para mí, siendo algunos de éstos:

- El educador social ejerce generalmente como una figura de referencia, trabaja y fomenta el apego parternofilial y trabaja los vínculos de apego, ya que estos menores suelen presentar problemas afectivos.
- La radio de personal en la práctica suele ser como mínimo de 12 niños por cada dos educadores.
- En algunos casos no se procede a su retirada, dada la falta de plazas suficientes en los centros existentes.
- Por lo general la dirección de estos centros suele estar ocupada por personas tituladas en trabajo social.
- A cada menor institucionalizado, el Estado le abre una cartilla por lo que debe seguirse un seguimiento y valoración muy exhaustivo.
- Las administraciones públicas destinan 150€ por día y niño que se encuentra en un centro.
- SIMIA: Sistema de Información del Maltrato Infantil de Andalucía, depende de Protección de Menores.

Como conclusión final decir que los temas tratados en ambos seminarios son de gran actualidad y complejidad dado que se trata de la situación y protección de los menores. Es un tema que suscita diversidad de opiniones sobre todo respecto a las formas de procedimientos o a la intervención por parte de las administraciones públicas, tan críticas y mal vista durante años por la sociedad. No obstante, a nivel personal considero que en la mayoría de los casos nos encontramos ante una mala función por parte tanto de las familias como de las instituciones, dando lugar a un círculo vicioso. Así pues tenemos a padres negligentes, la mayoría de ellos resultado de su propio proceso de socialización, de su historia de vida y producto de la sociedad que constituyen referentes no apropiados para el menor al desempeñar roles disociales. Mientras que los organismos por su parte destinan recursos suficientes para un buen desarrollo de los centros y atención de estos menores, pero sin embargo existe una pésima gestión y organización de esos recursos lo que deteriora todo el proceso de intervención y por tanto el resultado final. En definitiva, creo que en este ámbito todavía queda mucho por hacer (derribar estereotipos, divulgar una información correcta, mejorar la gestión de los recursos, etc) y tanto la figura del educador como el trabajador social son fundamentales en el mismo.

Además no me gustaría despedirme sin añadir que han sido dos seminarios muy apasionantes por lo menos a nivel personal, dado que han tratado un tema novedoso ya que hemos trabajado muy poco este colectivo debido a su dificultad de acceso. Han tenido muy buenas presentaciones, se han tratado de manera muy práctica, nos han acercado a esta realidad, nos han servido para reflexionar sobre nuestro futuro profesional, los ámbitos de inserción laboral que existen, la diferencia de la teoría a la práctica, con qué nos vamos a encontrar cuando salgamos, cómo se interviene, qué es lo se está haciendo, cómo, con quiénes y desde dónde, pero sobre todo nos han enriquecido a nivel profesional y personal. Me ha hecho replantearme numerosas cuestiones y me siento muy satisfecha de haber acudido a los dos seminarios porque han superado con creces mis expectativas y ha merecido la pena. Por lo que desde mi pequeño rincón agradecer a las ponentes su colaboración y felicitar la labor de José y Almudena por su magnífica organización. Sin embargo estos seminarios han puesto el listón muy alto, por lo que estoy impaciente por acudir al próximo para ver qué pasará, siguiendo en mi línea seré crítica cuando tenga que serlo y reconoceré un buen trabajo cuando proceda.

SEMINARIO CENTROS DE MENORES (parte I)

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El pasado miércoles 19 de enero tuvo lugar el desarrollo del seminario “Centro de Menores”, de la asignatura de Intervención Educativa ante problemas de desadaptación social. Se trató de un seminario complementario, la segunda parte del primer seminario dedicado al acogimiento familiar, por lo que supuso el cierre de la primera jornada de seminarios. Esta vez la exponente Margui, educadora y trabajadora social, nos propuso que el desarrollo de éste fuese dinámico, abierto, práctico y donde se produjera un feed-back entre todos.

Así pues la sección comenzó con el visionado del documental “Si vuelvo, ¡me mato!”, un trabajo de Amnistía Internacional sobre las graves violaciones de los derechos humanos de menores en centros de protección terapéuticos en España (2009), bajo la responsabilidad de la Administración. (Visionado del documental en el siguiente enlace: http://www.youtube.com/watch?v=sRJAhwhiZLg).

Este video suscitó entre los allí presentes un gran revuelo y escándalo, lo que dio pasó a un debate sobre el mismo, debido a las medidas de restricción utilizadas en los centros de menores. Y es que en el video pudimos apreciar el testimonio de varias personas que denunciaban haber sufrido vejaciones y malos tratos psicológicos por parte del personal de los centros. Medidas forzosas, aislamiento físico como castigo, medicación y falta de información son entre otros aspectos los más destacados por estas personas. Ahora bien, todo esto conllevó a diversas líneas de reflexión como ¿hasta qué punto es justificable la utilización de medidas coercitivas?, ¿la sociedad conoce la normativa al respecto o lanzamos opiniones y juzgamos al libre albedrío?, ¿diferenciamos los distintos tipos de centros de menores?, ¿qué ocurre con estos centros que son responsabilidad de la administración?, ¿está regulado el personal que trabaja con estos menores?, …

En primer lugar comenzaré aclarando que el Estado es el máximo responsable de estos centros, son las administraciones públicas las encargadas de su gestión y en nuestro caso en Andalucía es competencia exclusiva de la Junta de Andalucía a través de la Conserjería de Igualdad y Bienestar Social, la Dirección General de Infancia y familia y concretamente el Servicio de Protección de Menores. Por tanto, ¿qué ocurre cuando suceden este tipo de vejaciones en estos centros?, ¿cuándo se exceden el uso de estas medidas?. Está claro que si se produce este tipo de comportamientos en hogares personales y dentro de un entorno familiar la administración procede inmediatamente a la retirada de la guardia y custodia de ese menor, pero en el caso de las administraciones públicas es mucho más complicado que se detecte dichos comportamientos y por lo tanto es mucho más difícil que se intervenga.

No obstante, no en todos los centros se produce la utilización de este tipo de medidas excesivas, aunque los testimonios conocidos han difundido y propagado una imagen estereotipada de los centros de menores. Por lo que la sociedad en general tiene una visión llena de prejuicios negativos a cerca de estos centros, e incluso nos atrevemos a lanzar opiniones y juicios. De hecho durante este seminario muchos de nosotros se quedo perplejo ante los comentarios del video e incluso confirmaron que no podían llegar a entender cómo se podían producir todavía esos actos en el año 2009. Considero que éstos hechos se producen precisamente por el desconocimiento que existe al respecto de estos temas, la falta de conocimiento de la legislación y de las diferentes tipologías de centros. Así pues, como bien comentaron tanto la ponente como la profesora Almudena lo que no es correcto es la manera de aplicarlo, el modo en que se ha llevado a la práctica pero no el método o técnica en sí. Es decir, que en ocasiones extremas en que el menor este fuera de control y exista riesgo tanto para los profesionales que trabajan con él, el resto de compañeros e incluso para ellos mismos es ilícito emplear técnicas de reducción por su propia seguridad, pero no con ese modo de aplicarlas como cuentan en los testimonios del video de llevarse dos días atadas.

Ahora bien, apoyándonos de manera más rigurosa en las leyes hemos de seguir o tener en cuenta el Decreto 355/2003 de Acogimiento residencial de menores, y en especial el artículo 43 que hace referencia a la restricción física que tanto revuelo suscita y dice lo siguiente al respecto:



1. La restricción física supondrá la aplicación de medidas de control físico ante las acciones violentas realizadas por menores.

2. Sólo se podrán aplicar la restricción física a los menores para impedir o detener una acción violenta que pudiera resultar peligrosa para ellos mismos o para otras personas, cuando aquéllos no estén dispuestos a cesar en su actuación.

3. La restricción física de los menores se llevará a cabo empleando la mínima intensidad posible.

Debemos diferenciar entre centros de reformas y centros de protección ya que componen dos líneas totalmente distintas de tipologías de centros de menores. Por lo que los centros de reformas son centros a los que acuden menores de 14 a 17 años que han cometido un delito o infracción, y han sido derivador por un juez que ha establecido esta medida. Mientras que los centros de protección para menores de 0 a 17 años, acuden menores por situación de abandono, maltrato o negligencia son retirados de su entorno familiar. Por lo que serán estos últimos, los centros de protección, los que aquí nos ocupa.

Dentro de los propios centros de protección debemos diferenciar:

- Centros de Acogida Inmediata (C.A.I.): a los que el menor acude por un periodo estipulado de 0-6 meses, de manera provisional y urgente mientras que se adopta una medida judicial.

- Centros residenciales: con última opción, en el caso de que no haya otro recurso, que no se pueda hacer cargo del menor algún pariente perteneciente a su familia extensa ni haya familias de acogida, pues acude a estos centros hasta los 18 años.

- Viviendas tuteladas: generalmente supone un paso de los centros residenciales a partir de los 17 años para fomentar su autonomía e inserción social.

- Centros residenciales para de protección para menores con trastornos de conducta: son también conocidos como centros terapéuticos para menores con comportamientos y conductas agresivas pero sin llegar a delinquir.

El objetivo de estos centros debe ser siempre velar por el bienestar y el derecho de los menores, siendo lo idóneo en el caso que proceda disminuir la medicación o tratamiento farmacológico y aumentar el tratamiento psicosocial. Por lo que ante la cuestión de ¿cuál es el personal que trabaja en estos centros?, se permite trabajar en un centro de menores a personas tituladas en pedagogía, psicología, trabajo social, educación social y magisterio especial, estando compuesto el equipo de menores de la Junta de Andalucía por un trabajador social, un psicólogo, un pedagogo y un abogado. No obstante, es cierto que ha habido muchas personas trabajando en centros de menores hasta hace poco sin una titulación adecuada y en contacto con estos menores, como es el caso de los “porteros de discoteca” mencionado por la exponente. De hecho se produjo una convalidación de los años de experiencia con la titulación de educador social por parte del Colegio Profesional de Educación Social.

No obstante, apoyándonos de nuevo en el decreto 355/2003 de 16 de diciembre, del acogimiento residencial de menores, en su artículo 62 y 65 concretamente, se define que:

En el artículo 62 hace referencia a la estructura organizativa, por el que los centros de protección, tanto públicos como privados, estarán dotados de una dirección, subdirección, un equipo educativo y un equipo técnico, así como administración y servicios generales.

En el artículo 65, equipo educativo, se refiere al hecho de:

• Los profesionales del equipo educativo son aquellos que ejercen la labor tutorial básica: atención directa, cuidados, tratamiento, orientación y acompañamiento del menor.

• Se tenderá a que el educador sea diplomado en ciencias sociales o de la educación y preferentemente ostente la titulación de educador social.

• Se tenderá, siempre que sea posible, a la paridad entre profesionales de distinto sexo, con el fin de proporcionar a los menores modelos de ambos sexos.

• La presencia de los profesionales del equipo educativo en los centros garantizará la correcta prestación del servicio, siempre adecuándose a las necesidades de los menores y al establecimiento de una figura de referencia estable.

(Las funciones del educador social también vienen recogidas en este artículo, consultar: http://www.juntadeandalucia.es/igualdadybienestarsocial/opencms/system/bodies/Infancia_Familia/Legislacion/D20030355/D20030355.pdf_acogim_resid.pdf).

jueves, 27 de enero de 2011

PELÍCULA “PRECIOUS”

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En lugar de la sección del 9 de diciembre, la profesora nos recomendó el visionado de la película “Precious”, junto con el desarrollo de una serie de cuestiones.

Así pues se trata de un largometraje dirigido por Lee Daniels, siendo una adaptación cinematográfica de la obra Push de Sapphire, de ahí su título “Precious: Base don the Novel “Push” by Sapphire”. Narra la historia de Clarice Precious Jones, una adolescente estadounidense de la década de los 80 que vive en un barrio marginal, en un contexto de precariedad. Una chica joven, negra, con sobrepeso, analfabeta, madre de dos hijos como consecuencia de las violaciones de su padre y maltratada psicológicamente y físicamente por su madre. Precious se encuentra desamparada, víctima de incontables abusos, es expulsada del centro educativo por su embarazo lo que rompe con el ultimo vínculo que le unía con la sociedad. No obstante decide acudir a una escuela alternativa, “Cada uno enseña a uno”, donde se encuentra con otras personas que como ella también reúnen distintos factores de riesgo de exclusión social. Pero la profesora que imparte la clase, la señorita Rein, además de formarla y proporcionarle una educación formal básica se preocupa por ella y la ayuda a recuperar su dignidad mostrándole el camino y motivando a la protagonista para que mejore su situación y cambie el rumbo de su vida.




(Vídeo: tráiler de la película).

A continuación trataremos las diferentes cuestiones planteadas por Almudena, las cuales han sido desarrolladas por el grupo de trabajo formado por Jaime Palacios Nave, Blanca Mª Saniña Bravo, Mª Ángeles Vega Montero y yo misma, Ana Belén Vico Martín. Se trata de siete cuestiones que pueden verse en el siguiente enlace:

https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0B_Cz2A3mmtuSZGFiYzkxNGUtNWRlNC00OTY0LWJkOTYtMTM1MDYyNzBkNDc0&hl=en&authkey=CJq099AE

viernes, 7 de enero de 2011

Lectura Tema 3 (parte II)

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     Siguiendo con el contenido y la temática de la entrada anterior, añadir que existen diferentes tipos y fases en el proceso de socialización. Por lo que no todos los individuos de una sociedad pasan por el mismo proceso de socialización, lo que dependerá de cuatro aspectos fundamentalmente su sexo, edad, clase y etnia. De esta manera podemos hablar de una socialización diferencial, según la cual este proceso variará según el lugar a ocupar por el individuo en la sociedad (clase social), su género o condición sexual (sexo), así como su edad y su condición étnica. En el desarrollo de un proceso de socialización influirá el contexto y los referentes establecidos, los cuales dependerán de la división social del trabajo y de la distribución social del conocimiento. Aunque a pesar de que cada individuo desempeñe un rol determinado dentro de la sociedad debe tener una identidad común, para lo cual es necesario la existencia de nexos comunes habiéndose utilizado a lo largo de la historia la religión y en la actualidad el patriotismo o nacionalismo.
 
     En cuanto a las fases del proceso de socialización cabe recordar la existencia de una socialización primaria, una secundaria e incluso una terciaria, comentadas todas ellas en la entrada correspondientes a las lecturas del tema 2. No obstante, haremos a continuación un breve recordatorio:
 
  • Socialización Primaria: como su propio nombre indica es la primera socialización por la que atraviesa el individuo durante sus primeros años de vida, por lo que es crucial para su desarrollo. Gracias a ésta el individuo forma parte de la sociedad y pasa a ser miembro de ésta. Se inicia el establecimiento de la personalidad del individuo siendo fundamental la afectividad, así como la confianza y la seguridad.
  • Socialización Secundaria: se trata de la incorporación del sujeto en nuevos sectores, la adquisición de nuevas rutinas, nuevos roles y la interacción o relación con otras personas. La afectividad es sustituida en esta etapa por la aplicación de técnicas pedagógicas, por lo que dichas relaciones son más efímeras.
  • Socialización Terciaria: es el proceso por el que un individuo se reincorpora a la sociedad después de un periodo de conducta antisocial. En esta etapa se encuentra nuestra labor como futuros trabajadores y educadores sociales, debemos intervenir con estos sujetos para que sean capaces de desaprender lo aprendido e integrarse de nuevo en la sociedad. Aunque no todos los autores y corrientes contemplan esta socialización terciaria.
     Ahora bien, los diferentes tipos de socialización se llevan a cabo en la llamadas “agencias de socialización”, instituciones especializadas en la incorporación de los nuevos sujetos a la sociedad. Son numerosos los agentes socializadores como pueden ser la familia, la escuela, el grupo de iguales, los medios de comunicación, el trabajo y las entidades de ocio y tiempo libre, aunque la familia y la escuela son los agentes socializadores por antonomasia.
 
     No obstante en la actualidad esta diversificación de agentes socializadores ha producido una complicada coordinación, lo que está provocando numerosos problemas o déficits en el desarrollo y formación del nuevo individuo. Así pues, existe un debate abierto sobre las responsabilidades que cada agente tiene en la socialización de un sujeto así como las funciones que debe desempeñar. Comentaremos pues la función socializadora ejercida por cada agente a través del siguiente enlace:

 
https://docs.google.com/document/d/1I_3yvdLzYVm0a-L9DJ-skZipK7uxm85j4vJipdt0rqo/edit?hl=en&authkey=CJKplJEB

Lectura Tema 3 (parte I)

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     El 16 de diciembre de 2010 la clase trató sobre el contenido de las lecturas correspondientes esta vez al tema 3, acerca del proceso de socialización.

     La socialización es el proceso por el que el entorno influye sobre el comportamiento de los individuos que viven en ese espacio o contexto. Como hemos comentado en anteriores ocasiones y entradas según Ventosa (1990) la socialización:

“es el proceso, que desde la infancia hasta la edad adulta, sigue el hombre con el fin de ser un individuo equilibrado, responsable y un miembro eficaz de su sociedad. Comprende el proceso de incorporación de los principios, normas y valores de su cultura, el proceso de aprendizaje de los conocimientos y de las técnicas que le permitirán estar a la altura de la comunidad”.

     Ahora bien, a lo largo de la historia la relación entre individuo y sociedad ha sido un tema constante de gran discusión. Por lo que hasta qué punto el comportamiento de una persona está determinado por su herencia biológica e innata, o hasta donde está influenciado por la sociedad, el entorno o contexto en el que se sitúa. Ante estas cuestiones se plantean dos corrientes:

  • Innatismo: según esta postura el comportamiento humano viene determinado al nacer. Por lo que la herencia genética definiría los patrones de conducta de los individuos, condicionando por tanto la biología a la persona.
  • Ambientalismo: es la corriente que atribuye al entorno la responsabilidad de la conducta de los individuos. La influencia que el entorno, contexto o cultura ejerce sobre el comportamiento de las personas. Incluso la postura más extrema de esta corriente considera que el individuo es una tabula rasa en el que la sociedad va escribiendo, un recipiente vacío que se va llenando.

     En cuanto al innatismo ha hecho en ocasiones un uso fraudulento de la teoría de Darwin, lo que se ha llamado darwinismo social, por el que los individuos mejor adaptados ocupan las posiciones más altas siendo la estructura social el resultado de la supervivencia y selección natural. Por lo tanto esta corriente llevada a su extrema interpretación daría lugar a la perdida de responsabilidad del individuo sobre sus actos, consecuencia compartida también por la posición ambientalista en el sentido de que estos actos se justifican como inducidos por la sociedad, por lo que las conductas antisociales serían producto de la sociedad.

     Ahora bien tanto las corrientes innatistas como ambientalistas ejercen una gran influencia en las intervenciones educativas, siendo la consecuencia más evidente de la primera el pesimismo pedagógico y de la segunda postura la falacia ecológica. El pesimismo ecológico hace referencia al hecho de que no se puede hacer nada para cambiar la conducta de un niño, por lo que pretender cambiarla a través de la educación es imposible. Mientras que la falacia ecológica se refiere a la atribución del efecto lineal entre las características de la sociedad y la de los individuos, cayendo en este caso todo la responsabilidad en el entorno del sujeto. Aquí se encuadraría el refrán popular conocidos por todo de “dime con quién andas y te diré como eres”. Pero si nos paramos a pensar un instante, esta postura carece totalmente de sentido y lógica puesto que ser así, no se explica porque personas que comparten la misma sociedad, entorno, barrio e incluso vivienda se comportan de diferente manera y presentan incluso conductas contrarias. Este aspecto solo se podría explicar por la influencia ejercida a nivel individual, es decir, por la personalidad o carácter de la propia persona.

     Por lo tanto como ningún extremo nunca es bueno, ni en la corriente innatista ni en la corriente ambientalista encontramos la respuesta sobre el comportamiento humano. Debemos tener muy claro como futuros educadores y trabajadores sociales que ninguna de las dos posturas en sus extremos son ciertas, puesto que de ser así no tendría sentido nuestra intervención. Debemos evitar ambas posturas deterministas y abogar por la influencia de ambos factores en el resultado de la conducta de un sujeto. De esta manera, la intervención socioeducativa contempla la posibilidad de rehabilitación de los individuos, modificando su conducta fruto de la acción individual y de los estímulos ambientales.

     Retomando el tema inicial de la socialización decir que es utilizado para definir el proceso de incorporación del individuo a la sociedad. Se trata de construir la propia personalidad de la persona a través de valores, señas y símbolos, fruto de la necesidad que tiene el individuo de vivir en grupo para poder desarrollarse ejerciéndose así el control social. De esta manera las personas adquieren el sentido de la identidad, al identificarse y verse reflejado con un colectivo. Pero se trata de un proceso complejo, llevado a cabo a través de la socialización del individuo que se basa en la influencia ejercida por los referentes y los roles que éstos desempeñan.

     Los roles son los papeles definidos socialmente e interpretados por los individuos, dando lugar a situaciones y conductas tipificadas. Son rutinas que tipifican y categorizan las situaciones sociales y los roles que se adecuan a las mismas, por lo que se establecen una serie de pautas mínimas compartidas por la mayoría de la sociedad que responden a las expectativas de dicha conducta. En el caso de no responder a los patrones esperados tendría que intervenir los mecanismos de control social. Por lo que los diferentes roles ejercidos por el individuo son los que van configurando su personalidad y están en la base del proceso de socialización. Así pues, un momento crucial en dicho proceso es el cambio y adquisición de un nuevo rol o papel a través de un ritual de paso. Este ritual conlleva la asimilación por parte del sujeto del abandono de un rol y por tanto de un tipo de comportamiento, así como la adquisición de un nuevo tipo de conducta que responda a lo que la sociedad espera de éste, además del reconocimiento público por parte de la comunidad.

     Ahora bien, la socialización según estas indicaciones sería un sistema basado en la adquisición de roles. Pero si no se cumplen las expectativas esperadas de un comportamiento ante una situación determinada falla la interacción y los mecanismos de relación al no adaptarnos a los nuevos roles y responder a las exigencias sociales. El problema se encuentra en el tipo de referentes que se proporciona a una persona que está iniciando su proceso de socialización a edades tempranas, qué roles se les muestra y en qué contexto está creciendo. Así pues y de manera generalizada, este sujeto tomará como referente los modelos que ha tenido, considerará como algo “normalizado” y “aceptable” las conductas y los comportamientos desempeñados por sus referentes, repitiendo en la mayoría de los casos dichos roles ya que no conoce otros, aunque no es así siempre. De ahí que algunos niños que han visto el maltrato de pequeño repitan dicha conducta o todo lo contrario, así como la posibilidad de que una persona que no ha tenido contacto con esta acción la desarrolle por diferentes motivos. Por eso mismo, los profesionales del ámbito social tenemos que trabajar con todas las personas y es más difícil desaprender lo aprendido mientras más afianzado esté ese comportamiento, así que es preferente trabajar desde la prevención y en las primeras etapas.

(Imitación de roles:)


lunes, 3 de enero de 2011

Lectura Tema 2 (parte II)

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Durante la explicación del tema 2 estuvimos también tratando la importancia en el proceso de desarrollo de cualquier persona de su socialización, entendida como un proceso de adaptación a través del cual el sujeto se relaciona con su medio.

Concretamente y siguiendo la definición de Ventosa (1990:161), la socialización: “es el proceso que, desde la infancia hasta la edad adulta, sigue el hombre con el fin de ser un individuo equilibrado y responsable y un miembro eficaz de la sociedad […]”. Es el proceso de transformación del sujeto en individuo social, a través de la adquisición de las pautas, normas y costumbres sociales. No obstante, aunque lo habitual es que dicho proceso se desarrolle de manera fructífera en la etapa infantil, puede presenciarse a lo largo de toda la vida de ahí que diferenciemos entre:
  • Socialización Primaria: supone el inicio en las formas elementales de comportamiento a través del contacto con los grupos primarios (familia), siendo a su vez el tipo de socialización más significativa al condicionar el resto de procesos de aprendizaje social.

  • Socialización Secundaria: se trata de la incorporación de un sujeto ya socializa do en nuevo grupo, en el que desempeña un papel fundamental la escuela y el grupo de iguales.


  • Socialización Terciaria: es el proceso por el que un individuo se reincorpora a la sociedad después de un periodo de conducta antisocial. En este periodo se encuentran aquellas personas que han llevado un tipo de vida marginal y desean integrarse en la sociedad. Por lo que en esta etapa se encuadra nuestra labor o función como futuros trabajadores y educadores sociales, “en desaprender lo aprendido”.


(video sobre la socialización: no es muy bueno, pero recoge diversos conceptos al respecto).
 
Así pues a lo largo de la historia han existido diferentes corrientes filosóficas vinculadas con la explicación de la desadaptación, que incluso han tratado de proporcionar diferentes modelos de intervención. Concretamente el Positivismo y el Liberalismo, son las corrientes que mayor influencia han ejercido dando lugar a la Escuela Clásica y Positiva respectivamente. Por lo que a pesar de que ambas filosofías son intervencionistas han planteado dos formas totalmente distintas de abordar el tema de la desadaptación.

En primer lugar la Escuela Clásica (S. XVIII) bebe de las ideas del liberalismo, considerando que las personas se comportan libremente como desean, movidos por la búsqueda de placer y siendo por tanto su comportamiento fruto de su razonamiento. Por tanto introducen la idea de pena o castigo para las personas que alteran el orden social, además de la retribución, proporcionalidad del delito y disuasión.

Sin embargo la Escuela Positiva (S. XIX) considera que las personas no son libres de actuar, sino que se encuentran condicionadas o determinadas por su naturaleza (determinismo biológico) y por el medio que los rodea (determinismo sociológico). Por lo que en lugar de castigo, se contempla que las personas que se desvían de las normas sociales lo que necesitan es rehabilitación y tratamiento.

De esta manera, estas han sido las dos grandes corrientes filosóficas sobre las que se ha sustentado la respuesta social al problema de la desadaptación durante los siglos XIX y XX. Pero en las tres últimas décadas otra corriente está cuestionando los planteamientos clásicos, siendo ésta la Escuela Crítica. Según la Escuela Crítica ni el castigo ni la rehabilitación son efectivos para tratar los problemas de desadaptación si no se produce un cambio en las estructuras sociales.

Estos puntos fueron debatidos en clase, ya que suscitaron disparidad de opiniones. Personalmente, creo que la verdad absoluta no se encuentra en posesión de nadie por lo que todos debemos utilizar todos los recursos que tengamos al alcance para afrontar una situación. Al no existir en el ámbito de lo social un manual general de intervención de causa-efecto, una relación de hechos, la intervención será personificada aplicando los recursos que mejor se adapten a dichas circunstancias.

Ahora bien, tratemos las diversas teorías que sustentan las distintas formas intervención:

  • Teorías sociológicas: consideran que el entorno social, la familia o el grupo de iguales donde se desenvuelve y desarrolla el individuo, son la causa de la desadaptación. Así pues, estas teorías han dado lugar a modelos de intervención de carácter protector y compensador, para proteger al individuo de los efectos de su entorno socio-familiar y compensarle por las privaciones y desventaja que ha sufrido. En esta línea surgió el Modelo de “Welfare”, Protección o Bienestar Social. No obstante este modelo, parece que no es muy efectivo, sobre todo por lo déficit explicativos de la desadaptación social que ofrecen las teorías de las cuales parten. Dentro de esta línea pero de manera menos intervencionista surge el Modelo de Desarrollo, cuya finalidad es prevenir la desadaptación desde la familia y la escuela.
  • Teorías centradas en el individuo: estas teorías sitúan la causa de la inadaptación social en el propio individuo, en su personalidad y una racionalidad limitada. Provienen sobre todo del ámbito psicológico y cabe destacar la Teoría de la Personalidad de Eysenck, la Teoría del Aprendizaje Social y la Teoría de la Racionalidad Limitada. Estas han proporcionado varios modelos de intervención basados o bien en el castigo o bien en el tratamiento y reeducación. Así pues, han dado lugar al Modelo de Castigo, el cual presenta efectos contraproducentes, y al Modelo de Tratamiento, que también presenta diversos inconvenientes. Cabe resaltar la Teoría del Aprendizaje Social, cuyo máximo representante es Bandura. Esta teoría aunque se centra en el individuo, se preocupa por las variables situacionales que tienen lugar en un escenario y producen una conducta. Y es que esta teoría defiende que las conductas desadaptadas no son distintas al resto de conductas, por lo que las variables de aprendizaje ejercen una gran influencia. En esta teoría se encuadraría el Modelo Reeducativo o Educativo.
  • Teoría de la reacción social: según esta teoría la causa de la desadaptación social se encuentra en la reacción que tiene la sociedad ante las conductas desadaptadas. Así pues, la sociedad al castigar o intervenir con un individuo le infunde una autoimagen de persona desadaptada, por lo que en consecuencia el sujeto se comporta según esta concepción de sí mismo. No obstante, se trata de un planteamiento muy simplista y determinista que se encuentra en la base del citado anteriormente Modelo de Desarrollo, el cual propugna la prevención desde la familia y la escuela.
  • Teoría o postura ecléctica: considera que en el problema de la desadaptación social se engloba todos los factores tanto el individuo, la familia como el entorno relacional. Aquí se encuadra el Modelo de Responsabilidad, aplicado desde la década de los 80 del siglo XX, con el reconocimiento del niño o menor como sujeto de derechos, aunque en la práctica se siga utilizando en ocasiones el castigo y el control. La finalidad de dicho modelo es la de responsabilizar y reeducar al individuo, pero la cuestión está en quién debe asumir dicha tarea educativa y rehabilitadora de la población desadaptada.
    Personalmente, creo que debe tratarse de un trabajo interdisciplinar en el que participen y colaboren todos los agentes socializadores, así como todas las organizaciones e instituciones públicas del estado. De especial importancia será el papel representado por los trabajadores y educadores sociales, los cuales tienen entre sus funciones atender al colectivo en riesgo de exclusión social y ha recibido la formación suficiente e idónea para saber y poder afrontar estas situaciones.

Ahora bien, la planificación del tratamiento o intervención se realizará desde uno u otro enfoque dependiendo si se trata de población en situación de riesgo social o de población en conflicto social. Pero fruto de investigaciones más recientes tuvo lugar el Modelo de Rehabilitación de Ross y Fabiano (1985), que actúa tanto sobre los procesos causales como sobre la conducta desadaptada. Este modelo adopta un claro enfoque cognitivo de la intervención y la clave está en comprender el proceso, cómo una causa inicial de una situación problemática pasa a definitiva. Para ello, este modelo tiene en cuenta el tipo de técnicas de intervención, el perfil de los profesionales, la naturaleza de las relaciones entre los profesionales y los individuos, el grado de atención de los factores sociales y económicos, así como la intensidad y duración de los programas. Además Ross y Fabiano consideran que las habilidades cuyo déficit mantienen las causas de desadaptación son el autocontrol, el estilo cognitivo, el locus de control, la percepción social y la empatía. Por lo que para finalizar y según estos autores los primeros que tenemos que hacer con una persona con problemas interpersonales es trabajar la conciencia del problema, el pensamiento alternativo, el pensamiento medio-fines, el pensamiento consecuente y el pensamiento causas-efectos sociales.

Lectura Tema 2 (parte I)

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     El 2 de diciembre, durante la sección de clase trabajamos el contenido de las lecturas del tema 2, el cual giraba sobre la intervención educativa ante problemas de desadaptación social.

     Así pues a la hora de definir una situación de adaptación o por el contrario de desadaptación social utilizamos una serie de referentes, los cuales dependerán de la sociedad en la que nos encontremos, de su cultura y de su forma de analizar la realidad. Por lo que la designación de un comportamiento como adaptado o inadaptado, dependerá tanto de la sociedad a la que pertenezca el individuo como al momento histórico en el que se encuentre, existiendo numerosos criterios al respecto desde los que valorar dicho estado. Concretamente vamos a comentar la clasificación realizada por Ayerbe en la que se establecen cuatro tipos diferentes de referentes, siendo éstos:

  • Referente Normativo: hace referencia a la existencia indispensable de normas en la sociedad, para su buen funcionamiento y poder mantener un orden social. Se trata de formas de comportarse y relacionarse, aceptadas y adquiridas por la mayoría de la población durante su proceso de socialización. Si el individuo respeta y acepta esas normas, se le considerará adaptado social y podrá comunicarse, relacionarse y participar en su sociedad. Por el contrario será considerado desadaptado, todo aquel que no cumpla la normativa y su comportamiento se desvié de la misma. Sin embargo y siguiendo al gran Freire, el establecimiento de una normas mínimas no debe suponer la visión conformista de la adaptación, en la que los hombres de manera acrítica asuman todo lo que se les proporcione sin cuestionarlo antes. De hecho si a lo largo de la historia los distintos personajes ilustres no se hubieran realizado planteamientos sobre lo que estaba ocurriendo ni se hubieran rebelado, la sociedad no hubiera avanzado ni se hubiera desarrollado alcanzando los índices de complejidad que alberga en la actualidad.


  • Referente Aptitudinal: considera que es la capacidad y habilidad (aptitudes) de un individuo para adaptarse al medio, los que lo convierten en adaptado o en inadaptado. Por lo que siguiendo esta idea son las personas con algún tipo de enfermedad o alteración las que sufren riesgo de ser desadaptados sociales. Pero una persona con cualquier tipo enfermedad, puede tener mayores dificultades a la hora de integrarse pero es el medio social incompatible el que obstaculiza o imposibilita la adaptación de estas personas. Ahora bien, el problema está en que una persona sin ningún tipo de deficiencia o “sana”, también puede ser sujeto de desadaptación por múltiples causas y entre ellas las aptitudinales, entendidas eso sí ahora como habilidades intelectuales, personales o físicas entre otras.


  • Referente Cultural: siguiendo esta línea la desadaptación se produce por el choque o conflicto entre dos culturas, generalmente la cultura mayoritaria y la cultura minoritaria. Podemos distinguir varias aportaciones que se refieren al componente cultural. Así pues, la Escuela de Chicago ya en los años 20 del pasado siglo hacía alusión a la influencia del factor ambiental en los modelos de comportamiento, la importancia de las características físicas y sociales de determinados espacios así como las formas de vida de determinados grupos y su transmisión. Ésto último mantiene una estrecha relación con la Teoría de la Asociación Diferencial de Sutherland (1939), en la que defendía que la conducta desviada o desadaptada se aprende en contacto con otras personas desadaptadas. O la aportación de Cohen (1955), según el cual “la subcultura delincuente toma las normas de la vida circundante, pero las invierte”, y definió la cultura delincuente como la antítesis de la cultura dominante. No obstante esta línea ha recibido numerosas críticas al respecto y en especial las posturas de Sutherland y Cohen, siendo Matza uno de los exponentes más críticos con esta corriente.


  • Referente Interactivo: esta corriente postula que es la relación mantenida entre el individuo y el medio la que define la situación de desadaptación. Pero no existen un consenso general, sino que son diversas las consideración realizadas, por lo que unos contemplan la inadaptación como un conflicto de exigencias o aspiraciones entre el individuo y su medio. Mientras que otros creen que la desadaptación se trata de un problema de comunicación rota, distorsionada e inexistente entre el individuo y su entorno. Así pues en la actualidad la desadaptación se contempla en esta línea, y autores representativos como Andrews y Bonta en su teoría “Personal, interpersonal and community-reinforcement” defienden que las causas de la conducta humana han de ser encontradas en el contexto, teniendo en cuenta tanto las variables personales como las situacionales. Ahora bien, como consecuencia a esto se producen los siguientes comportamientos y actitudes:
             1. Conformismo Pasivo: da lugar un individuo que no es conflictivo socialmente, y defiende su       individualidad, libertad y autonomía.

            2. Retirada o retraimiento: sujeto que evita tanto los enfrentamientos como su participación mediante su aislamiento.

(Una vez más el ejemplo del "pobre Miguel", nos puede servir para vivenciar lo expresado. Y es que "el pobre Miguel", sería un sujeto desadaptado que muestra una actitud de conformismo pasivo y de retirada o aislamiento).

            3. Conducta antisocial objetiva: en la que el individuo rompe con las normes socialmente aceptadas enfrentándose a las mismas mediante la violencia.


Yo misma...

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-Estudiante de Trabajo y Educacion Social en U.Pablo de Olavide. -Corresponsal Juvenil del Area de Juventud del Ayuntamiento de Los Palacios.
 

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